20. marzo 2009 22:43
by Gunner
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Ya estaba tardando en publicar mi post semanal, no por falta de ganas sino por falta de tiempo.
El tema de este post lo tuve claro desde este pasado martes, cuando accidentalmente, mientras sentado en un banco de la Puerta de Jerez de Sevilla esperaba a que me recogiesen, se sentaron en el otro lado del banco dos chavales para inflar el neumático de una de sus flamantes bicicletas. Ni siquiera les vi las caras, no me interesaban en absoluto, tan solo volví levemente la mirada para curiosear que bicicletas usaban. Impresionantes ambas, especialmente la blanca.
¿No se si les he dicho que hasta hace unos años era un asiduo practicante de bicicleta de montaña?. Una pena, lo dejé por prescripción facultativa, pero aún hoy día cuando veo una que merece la pena, no dejo de mirarla con el ansia con el que José Mota, nos entretiene los viernes por la noche. Pero esa es otra historia.
El caso es que estos dos chavales, entre bombeo y bombeo charlaban de sus cosas y entre ellas las que me llamaron la atención fueron dos: El negocio de la compra-venta (de bicicletas), y sus relaciones con las chavalas. Les explico a continuación porqué.
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1.- El negocio de la compra-venta: No acertaría a deciros cual de los dos pero uno de ellos (A) comentaba al otro que poseía varias bicicletas, todas de excelente calidad y alto coste, alrededor de 1200€ (200.000 de las antiguas pesetas), pero que estaba interesado en vender una algo "machacada" para compensar el gasto que iba a realizar para comprar una nueva. El otro (B) le replicó que en Cash-Converters
estaban vendiendo unas bicicletas de calidad similar a la que pretendía
vender por 800€, y que la perdida de valor con respecto a la misma
nueva, no compensaba su venta.
Lo siguiente no lo tengo muy claro, ya que el ruido
del tráfico me impedía escuchar claramente la conversación. El caso es
que me pareció entender que B le sugería a A vendérsela a un tercero (C), que ya tenían a tiro, tras unos "ligeros" retoques cosméticos a su vieja bici, de manera que C ni lo notase. A lo que A, no pareció mostrarse nada en desacuerdo.
Y digo yo: No se de donde sacan/como son capaces de conseguir semejantes cantidades de dinero y gastárselo
en bicicletas, o como sus padres lo permiten. Pero el que dos
chavales de esa edad pensaran en timar a C de esa manera ...
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2.- Sus relaciones con las chavalas: Uno de ellos ,creo que B, aparentemente más experto en estas lides, se pavoneaba de estar saliendo con dos chavalas a la vez, "la oficial" y "la nueva" que había conocido hacía poco. A le preguntaba como lo hacía para conseguirlo, y B le respondió con un ejemplo:
"Mira, el otro día había quedado con la nueva, y a las 8:30 había quedado con la oficial, el
caso es que se me echó el tiempo encima ;-) con la nueva y cuando me había
dado cuenta ya hacía un rato que debía haber ido a recoger a la
oficial. Pues tio, ni me lo pensé dos veces, le dije a la nueva que
tenía que marcharme, a resolver algo en casa. Llegué a casa, me duché,
y fui a recoger a la oficial. A la oficial le dije que estaba con los
colegas, que me había quedado sin batería y me despisté. Coló sin
problemas".
B dijo: "Eso te funcionará hasta que se den cuenta o empieces a putearlas". A lo que A
replico, "No, putearlas no. Cuando dejes de hacer lo que ellas quieran.
Mientras seas bueno y digas si a todo ellas no dicen ni "mu", pero en
cuanto empiezas a decirles, no a esto, no a lo otro, se acabo el
rollo".
Y digo yo: Vaya manera de hablar/tratar a las chavalas, aunque no me sorprendería nada que en el caso contrario ellas hagan lo mismo.
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No se ustedes, pero a mi, lo que escuche de dos personas tan jóvenes no deja de sorprenderme. Me pregunto si esa será la actitud común en su generación, y se puede ver de dos maneras: Una, en cuyo caso creo que algo estamos haciendo mal y debemos corregirlo. Otra se podría incluso admirar por la iniciativa e inteligencia de los chavales para los negocios, así como la facilidad para aprovechar las oportunidades y/o no dejar pasar ningún tren. ¿Ustedes que opinan?
Un saludo, Damas y Caballeros.
P.d.: Si alguno de mis lectores resulta ser uno de los mencionados, y he cometido algún error en mi relato, no dude en enviarme su rectificación.
