El blog de Gunner!!!

Confesiones/crónicas de un internauta asombrado.

24. agosto 2011 22:18
by Gunner
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El juego de Ender.

24. agosto 2011 22:18 by Gunner | 2 Comentarios

Vaaale, de acuerdo, mis pertinaces seguidores, es cierto, les tengo abandonados. ¿Cómo puedo faltarles tanto a la sabia costumbre de relatarles mis tribulaciones?, se preguntan, ¿no? Yo mismo me lo pregunto, y aunque la respuesta no os sirva de excusa, es al menos una tímida explicación a mis sonadísimas ausencias. La respuesta es una mezcla de desidia y deseo, si es que pueden mezclarse agua y aceite. Deseo por lo frenético del ritmo de mis actividades y desidia porque el agotamiento que me produce dicho ritmo, me proporciona excusa fácil para no atender mis obligaciones para con ustedes.

Cosas que contar no me faltan, lo difícil es decidir a cual dedicar el tiempo/esfuerzo necesarios para relatarlo antes de encontrar/hacer algo aún más interesante que contar (reconozco que el calor que está haciendo por estos lares no contribuye en absoluto a que me siente a redactar nada). Quizá el tema de hoy, no sea el bocado más suculento que vuestras mentes puedan digerir para saciar vuestro apetito de curiosidad, pero es el que me viene al pelo en estos instantes. Hablemos de nuevo de un libro.

Los que han tenido la osadía  de penetrar en mi “fortaleza de la soledad”, remanso de paz donde curo las heridas de mi cuerpo y mi alma, a la vez prisión de mi pasado y puertas a mi futuro, habrán visto la fotografía de un “niño de la guerra” colombiano que con expresión característica, mezcla de inocencia, incredulidad y terror, parece preguntarle a quien la observa todo aquello que un niño en sus circunstancias se preguntaría acerca de la locura en la que está sumergido.

Y se preguntarán, que pinta ese niño de la guerra aquí y ahora, ¿no?

Esta tarde  antes de tomar el metro a casa, sabía que apenas me quedaban unas páginas para terminar el libro que da título a este post, casi me daba miedo llegar hasta el final de un relato que me tenía enganchado desde la primera página, no por miedo al final, sino porque absorto con su lectura, no quería que terminase, pero aunque suene tópico: Todo lo que comienza, algún día acaba.

Mientras venía en el metro y leía los últimos párrafos del libro, mecido por el suave vaivén de los vagones desplazándose sobre los duros railes de la vida, pensé: ¿Qué cara tendría ese niño? Intenté ponerle rostro al protagonista del libro, un niño (salido de la fertil pluma de Orson Scott Card), que tan pronto tuvo conciencia e identidad propia, fue entrenado, inducido, manipulado y explotado con el único fin de hacer la guerra, una guerra que lo arranca de su infancia y le obliga a la asumir la responsabilidad de cargar con un peso que sus pequeños hombros soportan porque no conoce otra vida que esa y porque sobre ellos han depositado toda esperanza de futuro de sus seres queridos y por ende de la humanidad. Bajo la apariencia de una novela de ciencia ficción habla de tantas cosas… de niños prodigio, de sentimientos, de filosofía, de principios, de política, de poder, de diálogo entre culturas, de dolor, de presión, de muerte, y sobre todo de infancias perdidas. Se ve obligado a endurecer su corazón, pero de una manera reflexiva decide asumir la responsabilidad con la que lo han lastrado, aunque para ello durante su camino se vea obligado a cometer actos deleznables que lo atormentarán posteriormente.

Llegando a casa, asombrado por el final y con el libro aún caliente entre mis dedos, solté la maleta y junto a ella vi la imagen del niño colombiano. Súbitamente un puzzle pareció encajar en mi mente, por fin pude ponerle cara a Ender, y tal como lo he sentido os los lo he contado.

Un saludo, Damas y Caballeros!!!

P.D.:  A punto he estado de cambiar la temática del post de hoy y hablarles del mágico concierto del cantautor portuense Javier Ruibal, al que tuve la fortuna de asistir ayer en el marco de las “III Noches de Verano en el Palacio de la Buhaira”, pura poesía y sentimientos musicalizados!!!

Cool

7. julio 2011 23:42
by Gunner
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Orwell: 1984.

7. julio 2011 23:42 by Gunner | 0 Comentarios

Una de las ventajas de tener de nuevo el coche averiado, queridos lectores, es el placer de disfrutar de la posibilidad de echar una reparadora cabezadita durante el recorrido en autobús que me trae por las mañanas al trabajo. En esas estaba hoy, intentando recuperar algo del descanso que tanto me falta últimamente, cuando, al botar en uno de estos agradables resaltos que, con objeto de limitar la velocidad de los vehículos, siembran las calles de nuestras ciudades, me desvelo, y al mirar hacia la izquierda encuentro sentado junto a mi a Pablo.

Un chaval simpático, vestido con pantalones vaqueros y camisa de cuadros perfectamente planchada, y síndrome de Down. Me mira y observa en voz alta la ancha cinta roja de “Remove before flight” que compré en el museo del aire y del espacio de Le Bourget, y me dice “Yo tengo una igual, la tenían en el aeropuerto de Grecia, pero me la dieron en el de Hungría”. Charlamos y me muestra los libros que llevaba en la mochila, tres libros de terror la serie Pesadilla. Así que en vista del título de la serie que le gustaba decido recomendarle el libro del que voy a hablar en esta ocasión, y que da título a este post. Le dije “Léelo, te va a gustar, es una auténtica pesadilla de principio a fin”. Me miró con esos ojillos ilusionados que los afectados por su enfermedad tienen, y antes de despedirnos me dijo, “Buscaré el libro y lo leeré, gracias, amigo”. Tanto me gustó su manera de decirlo que a punto estuve de regalárselo, pero es prestado y estoy en la obligación de devolvérselo a su hermosa Dueña.

Vayamos al tema pues, pero tengan en cuenta que no pienso hacerles una crítica/comentario literario a la vieja usanza, es decir: Antecedentes históricos, perfil personal del autor, argumento de la obra, conclusiones y bla, bla, bla. Ya me conocen, no soy de esos. Para los que quieran ilustrarse acerca de ello, les recomiendo el excelente artículo (excelentísimo diría (a que no adivinan además con que estoy jugando ahora)) al respecto publicado en la Wikipedia. Voy a darles mi pseudo-meditada opinión personal.

Primero hablemos del autor: George Orwell. Miren sus fotos, observen sus ojos y su sonrisa. Finge tensamente sonreír, pero sus ojos denotan tristeza. Nació en la India, una cultura fuertemente clasista. Tuvo una educación imperial victoriana, estricta, y su madre..., probablemente rígida como el almidón. Sin duda no fue un hombre feliz. De éxito, pero no feliz.

Y que decir del libro… Me doy perfectamente cuenta de porqué se ha convertido en uno de los ensayos políticos fundamentales de la literatura del siglo XX, en cuyas fuentes ha bebido sin reparo una gran parte de la clase política dirigente actual. El adoctrinamiento, la manipulación, la tortura psicológica, la falta de escrúpulos, la traición, la opresión sobre los “prole”,  el conflicto permanente como justificación del inmovilismo…
Vamos, sinceramente un relato gris, descorazonador, y profundamente desesperante, pero hay que reconocer que ilustra de una manera exageradamente brutal lo que de forma sibilina y descafeinada están pretendiendo hacer con la sociedad actual los poderes fácticos existentes (léase Banca , Bilderbergs, religiones, y demás logias (no incluyo a los políticos puesto que son un “apéndice” de todos estos)).

Si pudiese resumir el libro en una frase, de entre todas las lindezas que suelta, elegiría la que aparece en la página 156:

“Odio la pureza, odio la bondad, No quiero que exista ninguna virtud en ninguna parte, quiero que todo el mundo esté corrompido hasta los huesos”

Pero no crean, si que tengo algo positivo que decir sobre el texto. Hay dos cosas que me han gustado de él: Primero el excelente ejercicio intelectual que supone para la "Ingsoc"  la construcción/deconstrucción de la “Neolengua”. Interesantísimo, lean el apéndice. Y segundo y auténtico motivo que me ha hecho salvarlo de la quema sin vacilación, es que al protagonista del libro, Winston, le han arrancado todo lo que define a un ser humano, pero, lo único que no logran arrebatarle es su capacidad de pensar por si mismo. Yo, confío plenamente en la capacidad de la humanidad para hacerlo y tengo depositadas todas mis esperanzas de futuro en ello, así que no me decepcionen, eh???

Si hay peor afrenta que le puedas hacer a un autor de un libro, no es el no leerlo (a fin de cuentas ya habrá otro “primo” que lo haga) sino el comenzar a leerlo y abandonarlo por imposible. Soy un hombre de palabra y me sentía comprometido a leerlo, pero he decidido consecuentemente, como castigo al autor por idear semejante pesadilla, negarme a leer la última página, y pienso cumplirlo. He dicho.

Un saludo, Damas y Caballeros!!!

Frown