21. febrero 2010 21:50
by Gunner
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¿Qué?, estoy seguro que más de uno se estaba alegrando de que por fin os hubiese dejado tranquilos y esta semana no os hubiese machacado los ojos y retorcidos vuestros cerebros con otro de mis post, ¿ehinnn? Me temo, mis fieles lectores, que in extremis, aquí me tienen de nuevo dispuesto a repartir CAAAÑAAA y que os vais a quedar con las ganas, así que despejad vuestras mentes y disfrutad del tema de hoy.
Decía Benjamín Franklin, que “Con paciencia y tranquilidad se logra todo… y algo más”, pero amig@s, también dice la sabiduría popular en una frase no tan célebremente acuñada pero firmemente fundamentada y asentada en la idiosincrasia de la humanidad, que “Quien espera, desespera”. Y se preguntarán ¿a que viene esto?, bueno, no voy a dejarles en la incógnita y despejaré sus dudas.
Esta semana he recibido dos grandes reveses, ambos de vital importancia, y que están poniendo a prueba mi templanza y resolución a la hora de alcanzar los objetivos que me he marcado. En los dos casos se ha producido en mí una terrible lucha interior entre lo que mi corazón ansía y lo que la cabeza me dicta.
El primer gran revés ha sido la negativa de mi Dama a retomar nuestra relación de nuevo. Si señores, a pesar de considerarme y ser considerado por los demás un buen tipo, la dolida dama que ocupa mis pensamientos resiste estoicamente mis honorables y sinceros intentos de recuperar su amor. Desde luego ella sabe hacer las cosas, pues lo está haciendo de forma discreta, elegante, y… hasta bonita, lo que es reflejo de su persona. A pesar de sus “calabazas” no me queda más remedio que seguir intentándolo, cosas del corazón. Y mientras avanzo lentamente para alcanzar algún resultado que alimente mi ilusión o recibo una dolorosa decisión al respecto, determinación, paciencia y desesperación pugnan en mi interior, causándome serios problemas, joer!!!
El segundo revés, me lo han dado este sábado en el campo de vuelo del Club Paramotor Ciudad de Dos Hermanas. Como sabrán practico uno de los más bellos deportes que el ser humano tiene el placer de experimentar, el vuelo en paramotor. Un paramotor está formado por dos partes, el parapente o vela (que es por decirlo de una manera sencilla un ala de avión fabricada con tela), y un motor (ligero para poder ser acarreado por una persona, pero lo suficientemente potente como para hacer girar una hélice con la suficiente velocidad como para generar el impulso de elevación del conjunto parapente/motor\piloto). Ya poseo el parapente, pero andaba en avanzadas conversaciones para comprar un motor de segunda mano de una fuente de toda confianza, cuando ayer mismo, su dueño ha expresado sus reticencias sobre la intención de ponerlo en venta. Toca pues esperar con resignación a que tome su decisión definitiva, joer!!!
Siempre he sido una persona con poca paciencia y que buscaba resultados rápidos, y no es algo que me guste en absoluto ni que me resulte fácil, pero poco a poco estoy empezando a dominar esa lucha interior que se produce en mí, comprendiendo que al único que hace daño es a mi mismo. De nada sirve malgastar esfuerzos en debates interiores, cuando su resultado depende de otros. Bendita serenidad.
Un saludo, Damas y Caballeros.