3. septiembre 2008 05:00
by Gunner
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Por suerte o por desgracia, tengo un compañero de trabajo llamado Enrique García Segovia, satírico, laureado y prolífico escritor, e impagado locutor de radio.
El caso es que, en una de nuestras irrelevantes conversaciones acerca de la caballerosidad perdida de los hombres de hoy, tuvo a bien recomendarme el libro que corresponde al enunciado de este Post. Tal como E.G.S. me indicó, el libro, escrito por un tal George MacDonald Fraser, trata de las aventuras y desventuras de un Caballero Inglés en la época vitoriana, es decir la gran época del colonialismo, expansionismo e imperialismo británico. E.G.S. me regaló el libro no sin cierta sorna, diciendo que sería un gran ejemplo para todo aquel que pretenda conocer que se esconde tras la palabra Caballero, y todos los que se precien de tal.
Esperando cualquier cosa la un libro recomendado por semejante personaje, héteme aquí leyendo las aventuras del Sr. Flashman. Descubro que al contrario de lo que pensaba, se trata de una lectura muuuuy amena, emocionante, altamente entretenida, de fácil lectura, y de indescriptible catadura IN-moral. Podría describirse como la narración de las peripecias que convierten a un inútil total, usando como armas la cobardía, manipulación y la falta de la más mínima decencia, en el más reconocido héroe de la famosa "DERROTA" británica en el Afganistán de 1800 y pico. Descubriréis que el relato de los hechos tiene indudables paralelismos con lo que está ocurriendo en la actualidad en la zona Iraki/Afgana. Caballeros, Por pura vergüenza, no se como pude permitirme leer tal sarta de burradas que describen la correrías del Sr. Flashman. Lo terminé de leer mitad llevado por la incredulidad, mitad por la curiosidad de ver como acaba el relato, pero finalmente lo hice no sin sorpresa ante un final tan... (incalificable)!!!
Una frase que resume la personalidad del protagonista, Harry Flasman es: "Como saben ustedes tengo tres talentos principales: Los caballos, las lenguas y la fornicación". Es como descubriréis, el ejemplo perfecto del Antihéroe.
En mi opinión el libro no lo recomendaría a ningún de los caballero que se precie de tal, y es un atentado a la noble tradición del Caballero modélico. Eso sí, es divertido a raudales, pero de una manera tan soez y despreciable, que te deja un sentimiento ambivalente al respecto.
Un saludo, Caballeros!!!.
p.d.: Espero que ningún miembro de la CJT se atreva a aplicar las enseñanza de Flashy, muy del estilo de nuestro amigo Torrente!!!