El blog de Gunner!!!

Confesiones/crónicas de un internauta asombrado.

11. julio 2012 03:21
by Gunner
4 Comentarios

Relato: Jazzy romance???

11. julio 2012 03:21 by Gunner | 4 Comentarios

Como ya sabrán, mis apreciadísimos lectores, siempre me han gustado entre otra cosas la buena música, la aviación y, como no, el buen cine. Si a eso lo unimos, estar enclaustrado por imperativo "legal" (digámoslo así), hace que dedique el excesivo tiempo libre a revisitar antiguas cintas y/o leer acompañado de buena música a la espera de que vengan tiempos mejores, y por ende, disponer por fin de algo de tiempo para dedicarlo a alimentar este su blog. Espero que les guste el relato que les he compuesto basado en la apasionante vida de varios de los personajes más excitantes del siglo pasado. Averigüen quienes son, investiguen sus vidas… (he sido bueno y no se los he puesto nada difícil)

      

-    La señorita Gardner me ha dicho que la espere en el jardín, Mr. Huges.

-    Gracias Minnie, no hace falta que me acompañes, conozco el camino.

Eché una rápida mirada atrás hacia la plazuela que daba acceso al portal de la mansión. Había dejado mi flamante Lincoln Zephyr descapotable blanco-azulado justo en medio de la rotonda, bloqueando el paso.

-    Bah, ya lo quitará el servicio, si molesta. – Pensé.

Llegué apresurado, por culpa de mi habitual impuntualidad, siempre apuraba hasta el último minuto cuando algo merecía la pena. Luego, todo prisas.

En la oscuridad, a la izquierda, bordeando la fachada sur de la mansión, bajando una amplia escalinata de mármol cubierto por un entramado tupido de enredadera de madreselva trabada sobre la pérgola que la cubre, luego derecha. Justo al frente, el jardín junto a la piscina. Allí estaba ella, nadando como una sirena, enfundada en un bañador negro ajustado que apenas dejaba a la imaginación algo más que un placentero tormento.
Diez, quince, veinte, treinta, cincuenta metros, solitaria, incansable, con ese estilo que Esther inculca a todas sus alumnas y compañeras del estudio. Observo, como buen piloto, la dirección y velocidad a la que nada, y previendo el punto de contacto con el borde de la piscina, corro a situarme a frente a ella.

-    Aquí me tienes Ava. No pretenderás dejarme aquí esperando mucho tiempo ¿verdad?

-    El mismo que tú me has hecho esperar, Howard. – Me dice, mirándome a los ojos y sonriendo con cariñosa ironía.

Unas brazadas más y se encarama ágilmente a la escalinata del centro de la piscina.

-    ¡Por los santos apóstoles!, ¿como es posible que Dios haya creado semejante hembra?  – Me dije impresionado, intentando poner cara de absoluta normalidad ante tamaño espectáculo de la naturaleza.

Mientras se acercaba pausadamente hacia mi observe la sinuosa forma de sus caderas y ese ligero vaivén con que se contoneaba haciendo aún mas rotundas sus formas. Llevaba puesto un gorro de baño blanco con estrías y volutas en forma de pequeñas escamas. Abriendo levemente el gorro e inclinando sutilmente el cuello introdujo la otra mano por la abertura y de un tirón se lo quitó.

-    No entiendo esa extraña necesidad y capacidad de algunas mujeres para nadar sin mojarse el pelo. 

Apenas si le quedaban algunas gotas, pero al agitar la cabeza para sacudírselas allí de pie sobre el césped a contraluz del tenuemente iluminado jardín, me dio la misma impresión que el gradual estallido de unos fuegos artificiales, con cientos de estrellas volando lentamente antes de perderse en la oscuridad de la noche.

En el viejo radio fonógrafo RCA Víctor 59AV1 situado junto a la caseta de la piscina donde se estaba cambiando de ropa sonaba de fondo "Prelude of a Kiss" de Duke Ellington, no podía haber sido una pieza mejor ni más oportuna dadas las circunstancias que se me antojaba iban a suceder.

Mientras esperaba verla asomar de nuevo, escuchaba "Sophisticated Lady" -  ¿Casualidad?  - No creo, ella lo estudiaba todo demasiado bien.

Allí estaba, haciendo otra de sus apariciones estelares. Un vestido azul claro de finas rayas oscuras. Algodón y lino, ceñido y que dejaba su sexy espalda al aire. Carmín rojo intenso y dos pequeños pendientes de brillantes, a juego con la pedrería que adornaba las tiras de sus negros zapatos de tacón.

-    ¿Qué tal tu último vuelo, Mon Chérie? – Me dijo alargando la mano derecha.

Le tomé con suavidad la mano y se la besé, pero al intentar besarla además en la mejilla, me volvió la cara de forma displicente, evitándome con desdén.

-    Muy bien, los ingenieros han hecho un gran trabajo aligerando y alisando la estructura. Algunas fugas de fluido, y ese molesto olor a aceite que no he conseguido eliminar de las manos, pero el resto, todo un éxito.

-    No quiero competir contra un maquina… - Añadió, dejando el resto de la frase en el aire.

-    Sabes que nunca dejaré de volar.

-    Y yo nunca dejaré de amar.

Mientras suena "Warm Valley" la tomo de la mano y la llevo a la habitación contigua, un salón pequeño con grandes espejos donde celebra algunas fiestas y la invito a bailar.
Nos miramos fijamente y mientras nos sonreímos la cerco delicadamente por la cintura, brazo izquierdo en alto, y justo en el acorde adecuado, apertura lateral, armónico avance hasta casi alcanzar el rosal blanco que decora el fondo de la salita y nos dejamos llevar por el fluir de la música.

-    Una auténtica pena, justo el rac, rac, rac que indica el final del disco. -  Nos interrumpió cuando el extasis estaba a punto de seducirnos.

Salimos de nuevo fuera a tomar el aire y nos servimos un par de copas de Ron en la celosía de jazmines de la mesita junto al estanque.

-    Lei lo de tu aventura con el… como se dice... toreador… Dominguín, no?

-    Maldito espaniard… puro orgullo y presunción.

-    Responde. ¿Ocurrió? ¿Mentía la prensa?

-    No tienes derecho a preguntar. Tu que me has engañado.

-    Había, querida, había… vuelvo a ser libre… he pensado en ti… he terminado con el pasado…

A indicación de Ava, Charly, el joven mozo de color que discretamente esperaba a unos metros, nos puso sobre la mesa unos canapés. Galletitas de canela y un pequeño cuenco del mejor caviar que podía adquirirse pese al racionamiento. Observé las comisuras de sus labios mientras masticaba deseando que volviesen a manchar el cuello de mis camisas.

-    ¿Que clase de vida pretendes ofrecerme?…

Se levantó de nuevo y se acercó al fonógrafo. Por un momento dudó si cambiar de disco, pero finalmente optó por darle la vuelta, poner la otra cara y terminar de escucharlo.

-    Duke de nuevo… ¿Bailas? – Dije.

-    No, – Tajante -  aclárame antes que paso con ellas…

-    No dejaba de pensar en ti, solo estaba con ellas para... olvidarte.

-    Y ¡como se lo han tomado?…

-    Ya sabes, se hacer las cosas ó al menos lo intento.

-    ¿Como conmigo?… Nuestra despedida fue muy…

Se rió descaradamente, casi con un cierto punto de locura diría, y luego me miró con franca indignación…

      

Como siempre, hay algo de mi y de ustedes en cada relato, y aunque en esta ocasión me he extendido más de lo habitual, espero que no les halla resultado inconveniente. Hay que ver lo que consiguen el insomnio y las calurosas noches de verano, ¿no creen?

Un saludo, Damas y Caballeros.

P.d.:  Ah, votos y comentarios, pulsando en los enlaces que aparecen un poquito más abajo!!!

Wink

27. junio 2011 20:36
by Gunner
1 Comentarios

París bien vale una misa.

27. junio 2011 20:36 by Gunner | 1 Comentarios

Que gusto da levantarse a las 13:15, prepararse un completo desayuno con una enorme tostada de pan integral bañada en Aceite de Oliva virgen extra, frotada intensamente con ajo, y un par de lonchas de jamon York, otra tostada con paté, un par de zanahorias frescas peladas, una buena docena de cerezas del Valle del Jerte, rojas como el carmín de un lápiz de labios y en ausencia de zumo de naranja, un sabrosísimo y cítrico Kiwi, y lo más importante, dándole completamente la razón a Enrique IV cuando pronunció la famosa frase que da título a este Post, mis apolíneos lectores.

Tal y como la cinematografía americana se ha encargado de hacernos creer, en el antiguo oeste, los pistoleros al batirse en duelo frente a un temible oponente y salir victoriosos, solían recordar el suceso realizando una muesca en la culata de sus revólveres para perpetuar la hazaña conseguida al cumplir su “objetivo”. En el caso que nos compete ahora (que cierto es también aquello de que "grandes cambios pueden ser grandes oportunidades"), siempre había estado en mi punto de mira, y con la excusa de hacer turismo en la Ciudad de la Luz, el visitar la mayor exposición internacional de la industria aeronáutica que se celebra de manera bi-anual en el aeródromo de París/Le Bourget, aunque por motivos personales...

El caso es que el tiro ha sido tan certero y efectivo que ha alcanzado la diana con precisión casi quirúrgica, de manera que si tuviese que hacer una muesca en el revolver de mi vida, esta sería tan profunda que casi llegaría al metal sobre el que está atornillado el nácar de mi culata.

Resumir 6 días de exultantes vivencias en no más de 500 palabras es una tarea que ni el más experto analista sería capaz de abordar. Modestamente no voy a intentarlo, no soy nada buen analista cuando de emociones y sentimientos y se trata. Me temblaría el pulso y puede que incluso volviera a asustarlos por la pasión con la que he aprobado esta… asignatura pendiente.

¿Pero bueno? ¿No creeréis realmente que voy a dejaros con la miel en los labios, sin puntualizar al menos algunas claras conclusiones a las que he llegado, verdad? Aunque todas tienen su lado positivo y su lado negativo.

Llegamos el día 21, Fiesta internacional de la música. ¡Que manera de abrir fuego!. Conciertos en cada esquina, las calles abarrotadas de personas embriagadas por el sonido, los puentes a rebosar de actuaciones en vivo, Rock, Jazz, Big bands, música celta, música étnica, un auténtico derroche de alegría. Las riveras del Sena abarrotadas de gente joven metiéndose de todo, y remarco literalmente lo de TODO!!!

Llegué al Museo del Louvre con la romántica idea de sentarme tranquilamente frente a la Gioconda y durante al menos media hora extasiarme imaginando que pasaba por la mente de la Dama cuando posó con tan enigmática sonrisa frente a Leonardo Da Vinci. Craso error el mío, aquello parecía la atestada marabunta que se forma en algunos grandes almacenes cuando comienzan las rebajas, codazos, imposible. Tal y como dijo una americana que conocí en el metro, para verlo con cierta “tranquilidad” hay venir en Enero. Pienso hacerle caso.

¿Llegar del hotel a los diferentes rincones?: El metro…, que contar del metro. ¿Saben los franceses que para los vagones existe algo llamado Aire acondicionado?; No he sudado tanto en mi vida, y que conste que lo dice alguien que viene de los “calores” de Sevilla. La mayoría de las estaciones y vagones se encuentran en un más que cuestionable estado de conservación, aunque sospecho se trata de la norma general. Una verdadera ciudad bajo tierra. Conciertos en los vagones, conciertos en las estaciones, colores, razas, sabores, olores… alucinante…

Y que decir del viernes y sábado dedicados en exclusiva al festival aeronáutico Paris air show. Créanme amig@s, no sabía para donde mirar. Si para abajo, los más sofisticados aviones de combate, helicópteros, UAV’s, transporte, etc. Si para arriba, solos con increíbles piruetas de aparatos clásicos y modernos, o complejas coreografías de patrullas acrobáticas perfectamente coordinadas. Reconozco que lloré de emoción durante unos instantes al ver mi sueño cumplido mientras observaba el “Glider ballet” acompasado a una pieza de música clásica. Me decía, “Angel estas aquí, es lo que siempre habías querido, disfrutalo”. Eso si, mis labios lo han pagado, resecos, deshidratados y rotos, de estar tanto tiempo al sol; Lástima no haber tenido a la Dama que ronda mis pensamientos y amartilla mi corazón, para enjugarlos con los suyos!!!

Y solo es un mero esbozo, piensen en lo que no he contado...

Un saludo, Damas y Caballeros.

P.d.: En cuanto tenga tiempo de poder revisar el abundante material grafico que he recopilado, espero poder publicar al menos un par de galerías de imágenes que lo ilustren todo.

Cool