To FCAS, or not to FCAS, that is the question!!!

Buenos días/tardes\noches, mis queridos lectores. El tema que les traigo en esta ocasión no puede parodiar de mejor manera al significado de aquella frase que William Shakespeare acuñó allá por el siglo XV en la primera escena del acto tercero de Hamlet. Dicha frase es usada y considerada como síntesis de los procesos mentales de indecisión y duda.

El Futuro Sistema Aéreo de Combate o FCAS (siglas del inglés Future Combat Air System) es el sistema de sistemas de combate europeo que están desarrollando entre Airbus, Thales Group, Indra Sistemas y Dassault Aviación. El FCAS constará de un Sistema de Armas de Próxima Generación (en inglés, Next-Generation Weapon System, NGWS) así como otros elementos aéreos concebidos de cara al previsible futuro espacio de batalla operacional.

Los componentes del NGWS serán vehículos operados remotamente (enjambres de drones) así como un nuevo caza de sexta Generación (en inglés, New Generation Fighter, NGF).

Antes de entrar al trapo, quisiera hacerles notar algunas ideas de “pensamiento lateral” que vienen al caso respecto al proyecto de avión de combate que les presento hoy.

  • En primer lugar, la cierta “proximidad sonora” del término FCAS y la palabra castellana “Fracasar”. Créanme o no, pero la Unión Europea se juega demasiado con este proyecto. Si son pacientes en unos párrafos lo argumentaré adecuadamente.
  • En segundo lugar, Shakespeare, alias “El bardo”, fue un escritor británico, y precisamente una coalición de empresas lideradas por el Reino Unido compiten trabajando en una aeronave de características similares.
  • En tercer lugar, son conocidas las múltiples ocasiones en que el gobierno anglosajón ha torpedeado las iniciativas industriales europeas en beneficio propio.
  • Por último, y tal como sugería al final del primer párrafo de este “post”, es señalada la indecisión y lentitud en la toma de decisiones de calado que recurrentemente afecta a nuestra Comunidad Europea.

Todos estos factores y otros más que expondré a continuación han hecho que estuviese a punto de titular este artículo… “El culebrón FCAS”. Pero, a pesar de lo cercano metafóricamente hablando de esta propuesta de título a la realidad de lo acontecido hasta ahora con el futuro Sistema Aéreo de Combate, mi aversión a cierto tipo de prensa sensacionalista, al estilo comunicativo de esos medios y a los novelones/series rosa, me hizo pensar que ese enunciado ahuyentaría a algún que otro lector, pues degradaría la imagen de calidad y seriedad con que suelo abordar los contenidos de temática militar que os propongo.

Tras esta obligada introducción, paso ahora a plantearles mi punto de vista de este proyecto tecnológico.

El porqué del FCAS.

Parece que no, pero el tiempo pasa y las predicciones se cumplen… ¡la ciencia ficción ha llegado! Aquellas tecnologías que vaticinaban películas como la reciente “Top Gun: Maverick”, “Stealth: La amenaza invisible” entre otras, o incluso la más antigua “FireFox, el arma definitiva” de Clint Easwood, están a día de hoy materializándose.

Firefox” presentaba un avión capacitado para alcanzar velocidades increíbles; ofrecía una maniobrabilidad jamás soñada por los ingenieros de aviónica occidentales, y poseía un sistema de armas tan futurista que bastaba el pensamiento del piloto para accionarlo. “Stealth”, presentaba los avanzados aviones invisibles A-37 Talon y a “EDI UCAV” un dron de combate tipo Loyal Wingman dirigido por una IA (inteligencia Artificial). “Top Gun” nos muestra el DarkStar hipersónico con motores mixtos de postcombustión turbojet/low-bypass y scramjet… Si, todo ello parece ciencia ficción, pero… ¡no lo es! Todas esas tecnologías están ya aquí, son reales y o bien están ya probándose en túneles de viento/prototipos, o bien algunas de ellas están a poco tiempo de salir a luz pública en forma de aeronaves reales.

¿Por qué?, preguntaba en el título de este apartado. ¿Frente a ello qué tiene Europa? ¿El EF-2000 Eurofighter Thyphoon?… ¡No me hagan reír, por dios! ¡Un avión diseñado en los 80! Por cierto, apenas furtivo según los estándares actuales. No digo que no sea uno de los mejores cazas de su generación (4++), y si… ha vencido en «alguna ocasión» al afamado Lockheed Martin F-22 Raptor – siempre en condiciones ventajosas para el EF-2000 -, tiene cierto porcentaje de materiales compuestos que reducen su reflejo de ondas de radar y se está intentado mantener actualizado gracias a las diversas etapas/tranches con las que se está desarrollando su célula y aviónica, pero tecnológicamente se trata de una plataforma obsoleta en los disputados futuros escenarios de combate previsibles.

Si no se quiere perder el carro de la innovación, la industria aeronáutica europea necesita un reemplazo YA. Ténganlo claro:

No se trata tan solo de un tema puramente de defensa, sino también industrial.

Y no soy el único que piensa así!!!

La industria aeronáutica europea.

Podría hablar de inmnesa la herencia aeronáutica de la vieja europa, pero centrémonos en el ahora.

Si bien la industria alemana soporta prácticamente en solitario el liderazgo en desarrollo e innovación a nivel de armamento de tierra y carros de combate (fundamentalmente Rheninmetal), en cambio la industria aeronáutica europea está liderada por el consorcio Airbus formado por Francia, Alemania, España y el Reino Unido. Fruto de él tenemos aviones militares como el A400M Atlas o en EF-2000 Eurofighter, ambos, proyectos muy ambiciosos que han estado sometidos a no pocas polémicas políticas a lo largo de sus respectivos procesos de desarrollo. El futuro FCAS tampoco iba a estar exento de dichas polémicas.

Tensión Dassault/Airbus.

El chauvinismo francés, siempre ha sido fuente de tensión político-militar, como muestra tienen la turbulenta época en la que Napoleón Bonaparte pretendía regir el destino del mundo. Su creencia en la superioridad y excelencia tanto de sus ciudadanos como de sus creaciones ha dado algún que otro disgusto al pueblo francés ya en el pasado. Durante la Segunda Guerra Mundial sus defensas de la Línea Maginot cedieron como la mantequilla ante el empuje de la apisonadora alemana, y los aviones de diseño francés fueron barridos de los cielos tan pronto dieron comienzo las hostilidades.

Esas y otras duras lecciones no les han bajado del burro respecto a la idea de su dominio en todo lo relativo a cualquier concepto militar. Para ser justos, tampoco les falta algo de razón. Sus aviones en delta Marcel Dassault Mirage de la época de la guerra fría fueron excelentes máquinas de guerra, alcanzando éxitos notables en combate y de exportación, lo que puede llegar a explicar que se crean/tengan por los mejores en diseño aeronáutico de la vieja Europa.

Los franceses están abiertos a colaborar a nivel europeo, pero… siempre que ellos manden… sino… no tienen ningún problema en bajarse del tren y seguir su propio camino, lo que les permite garantizar su independencia tecnológica. Ese comportamiento estuvo a punto de hacer fracasar el proyecto conjunto anglo-francés del Concorde, e hizo fracasar su colaboración en el proyecto del Eurofighter – en cuyas fases iniciales de diseño participaron – del que se retiraron en 1985 dando lugar a que a partir de su proyecto ACX – Avion de Combat eXpérimental – desarrollasen el excelente Dasault Aviation Rafale, muy similar en características al diseño europeo.

En la situación actual, la puntera empresa española INDRA, dentro de su línea de I+D de defensa, está o si decidida a continuar desarrollando la tecnología electrónica que gestionará los nuevos campos de batalla aeronáutica. Los franceses, con o sin la ayuda de la Unión Europea y en aras de esa independencia tecnológica que mencionaba antes, están completamente decididos a diseñar nuevas máquinas de combate a la altura de los tiempos. Europa, tensionada y sometida a constantes diatribas económico-políticas no tiene la suficiente coherencia y serenidad necesarias para acometer en conjunto un proyecto tan complejo como el desarrollo de una nueva generación de aeronaves de sexta generación capaces de hacer frente a los retos que la geopolítica está planteando. Todo ello ha generado una lucha de poder entre Dassault y Airbus acerca del diseño y posterior control industrial del proyecto que a la postre se ha convertido en un Tira y afloja – a mi modo de ver todo un curioso y divertido culebrón al más puro estilo de los novelones televisivos – que perjudica y retrasa innecesariamente el futuro del futuro avión de combate europeo.

Ese retraso es un tema que me preocupa especialmente. En la actualidad, los tiempos de desarrollo de sistemas de esa complejidad son enormes. Se tardan años – por no decir décadas – desde que se proponen las especificaciones iniciales, se construyen, prueban y afinan los prototipos, y finalmente entran en servicio el/los productos resultantes. Tengan claro que, en estos momentos, mis queridos lectores, el tiempo es fundamental. Se intuye un posible conflicto global en el horizonte, como se viene diciendo ya desde la época del Imperio Romano:

Si quieres la paz prepárate para la guerra.

Y Europa sabe que o bien desarrolla un sistema de combate aéreo pronto o bien tendrá que comprar tecnología al “amigo americano”, con lo cual tanto la importante inversión económica, como el I+D, como el coste de oportunidad escaparán definitivamente a otros lares. Así que o “Europa” da su brazo a torcer y permite que los franceses conserven cierto liderazgo en este desarrollo concreto o bien se las apaña como pueda y “compra” lo que otros les permitan comprar. Esta última opción ha levantado no pocas polémicas y suspicacias políticas destapando nuestra compleja realidad empresarial. Léanse como ejemplos la muy discutida compra de aviones Lockheed Martin F-35 Lighning II por parte del ejército suizo, o la bajada de pantalones alemana con una adquisición similar dada la ausencia de alternativas europeas.

Afortunadamente a la luz de las últimas informaciones en los medios de comunicación parece ser que por fin la industria europea, ante el “baño de realidad”, ha decidido por fin aclarar el panorama y unificar esfuerzos, allanando el camino para hacer realidad este proyecto común que confío llegue a buen puerto. Esperemos que, según comenta la agencia EFE, los primeros vuelos de prueba del demostrador del futuro caza europeo tengan por fin lugar en 2028 como se estima.

Consideraciones finales.

Para no saturarlos voy a evitar extenderme mucho más en este artículo pero, si bien el tema merece otro análisis detallado más adelante, no quiero dejar de dar unas pinceladas de algunas cuestiones aledañas al tema principal.

  • Las cuestiones políticas acaban teniendo consecuencias en las decisiones industriales y en nuestro caso también militares. Parece que el Brexit le va a salir caro a la británica Rolls-Royce, fabricante del motor Eurojet EJ200, que propulsa el Eurofighter EF-2000, ya que no van a poder “pillar tajada” ni “meter la zarpa” en el proyecto europeo. El futuro propulsor del FCAS será desarrollado en cooperación por una UTE compuesta por la francesa Safran Aircraft Engines y la alemana MTU Aero Engines, con la española ITP Aero como socio adicional. Confío en que evalúen la posibilidad de utilizar la nueva tecnología de motores por Ondas de Detonación, lo que podría constituir una auténtica revolución en el mundo de la propulsión aeronáutica.
  • El nuevo proyecto británico de avión de sexta generación es, por decirlo de forma elegante, competencia directa – todos sabemos cómo se las gastan nuestros “vecinos” anglosajones – del desarrollo europeo. La industria británica, que durante muchos años fue máximo exponente del desarrollo aeronáutico internacional hasta que cometió el error de vender los primeros motores de reacción a los rusos, ha perdido todo el brillo y glamour de antaño. Quiere recuperar cierta dignidad en ese aspecto y está apostando por un proyecto diseñado a su medida en el que su avanzada planta motriz está siendo uno de los pilares fundamentales de su desarrollo. Está consiguiendo llamar la atención y atraer a países como Japón e Italia. Veremos cómo les sale el tema… desde luego les va a salir cara la aventura… ¡muy cara!
  • Antes hablaba del “Amigo Americano”. Egoistamente – reservaron para si al F-22 Raptor –  se está frotando las manos vendiendo un producto muy avanzado, pero plagado de problemas y limitaciones, ya que actualmente no tienen competencia en el mercado internacional. Me refiero al Lockheed Martin F-35 Lightning II , un producto que no satisface a nadie por su costo, complejidad y peajes logísticos asociados. Es una aeronave de utilidad en el mercado europeo donde su limitado alcance operativo no es especial problema, pero en el mercado asiático, donde por las distancias se hace necesario el repostaje en vuelo, si es factor determinante por no decir casi excluyente. Los Air Tankers son objetivos fáciles y muy vulnerables, como los australianos están empezando a darse cuenta ahora.
  • Los aviones furtivos como están creciendo como setas. No me refiero al proyecto americano NGAD ni espectacular Chengdu J-20 Mighty Dragon, desarrollado este último entre otras razones gracias al eficaz servicio de espionaje tecnológico chino… Me explico: Ahora cualquier país con medios y voluntad puede fabricar un avión de avanzadas caraterísticas y con tecnologías furtivas de aceptable nivel. Hoy en día gracias a la informática, a los sistemas CAD, al cálculo digital de estructuras y a la impresión 3D, cualquiera puede diseñar una aeronave lo suficientemente avanzada como para competir con ciertas garantías de éxito en el mercado de la aviación militar. No es “barato”, ¡no!… solo cuestión de “echarle güevos”. La prueba… los nuevos prototipos coreano KF-21 Boramae y turco TAI TFXIncluso Japón estaba desarrollando su propio prototipo, pero finalmente ha decidido unirse al proyecto británico. Estoy seguro de que cuando se materialicen saldrán al mercado de exportación en condiciones económicas ventajosas respecto a las propuestas occidentales de los fabricantes “tradicionales”, lo que a buen seguro restará a estos potenciales clientes, haciendo a estos aún más difícil de amortizar sus inversiones en I+D.

Epilogo.

La realidad se impone. La tecnología evoluciona, la industria crece, pasó ya la expectación del momento “B-21 Raider”. Se presentó en público, ya sabemos qué es y cuál es su apariencia exterior – sus sistemas electrónicos internos son harina de otro costal -. Se trata sin duda de un producto excepcional calidad y tema que pretendo cubrir más adelante cuando disponga de criterio e información fidedigna – más allá del chamulleo con el que los “enterados” están inundando las redes en estos momentos. Saben que trato estos temas con todo el rigor posible y prefiero informarme bien antes de opinar –, pero lo que sí puedo decirles ahora es que ni por asomo veo a la Unión Europea ni al consorcio Airbus capacitados para desarrollar una aeronave de características similares, no tanto por las cuestiones técnicas en sí – que las tiene – sino por las tiranteces políticas a las que ya me he referido antes. Así que:

¡Centrémonos ahora!… ¡Céntrese Europa ahora!

Ciertamente mi consejo es que la Unión Europea necesita apostar con nitidez por el FCAS y debe esforzarse y tratar de mantener algo de relevancia a nivel industrial – como he insinuado antes, ya cualquiera puede fabricar un avión -, más ahora que estamos comprobando que nuestra posición geoestratégica está en entredicho y podemos acabar convirtiéndonos en un actor irrelevante a nivel internacional.

¿Lo conseguiremos? No lo sé, no soy adivino, pero como he sugerido en algunos de mis artículos, en la actualidad el papel de los ejércitos – y por supuesto incluye lo que se refiere a la vertiente aeronáutica – más que ofensivo es garantizar el status socioeconómico de los países… y… con una industria militar débil… ¡Piensen!

Un saludo, Damas y Caballeros!!!

P.d.: Un apunte más, algunos de los bocetos/mockup preliminares del FCAS que se han mostrado a los medios – como el que ilustra la cabecera de este artículo -, dan la impresión de que se trata de un aparato «bastante convencional»… veremos en qué queda al final. Documentar este artículo ha requerido consultar, contrastar y resumir diversas fuentes de valor escogidas/discriminadas por su interés y/o calidad, así que les recomiendo visiten los enlaces que acompañan al texto. ¿Y quién sabe?… se agolpan actualizaciones/informaciónes a medida que pasan los días… ¡Quizá tengan la suerte de leer otro de mis excelentes artículos para «redondear» el tema!

😯

Simuladores o la teoría de los castillos en el aire!!!

Simulador de vuelo - Museo del Aire de CuatroVientos

Seré directo, sin rodeos, contundente en mi opinión inicial: Nada puede suplir al entrenamiento real.

La formación puede ayudar a estar muy preparado respecto al funcionamiento de cualquier arma o a cómo enfrentarse a una determinada situación, pero, a mi juicio, así tan solo se obtiene una falsa sensación de confianza que puede ser fatal en combate. Hasta que no siente en sus carnes el peso de un arma – y la conciencia de sus consecuencias -, el estrés del combate y “la mugre” del campo de batalla uno no se da cuenta realmente de cuáles son sus capacidades efectivas de lucha y de si ese intento de capacitación mereció la pena.

Y por supuesto, no hay vuelta atrás. Frente a lo que sucede en una simulación, en un enfrentamiento real una derrota es una derrota. Se paga con la muerte o sucumbiendo a la furia y los deseos del contrario.

El artículo que les acerco ahora, mis ávidos lectores, trata de cómo los ejércitos modernos se preparan para la contienda y de las herramientas de formación que la tecnología pone su alcance para aprestarte a ella. Lo complemento con algunos artículos que recopilé hace años, pero que a pesar de su antiguedad considero de utilidad y relevancia. Pasaran además a engrosar el área de descargas de esta web.

Los PDF’s sugeridos son:

Pasen y lean pues:

Todos hemos jugado de pequeños imaginando ser aguerridos soldados con nuestros revólveres/ametralladoras de juguete y haciendo “pum, pum/rá tatá tatá” con la boca para simular el disparo de nuestra arma de pega tratando de defender una fortaleza… nuestro «castillo». Nos preparábamos para un futuro que en ese momento veíamos como un simple juego de niños, y del que solo conocíamos lo que habíamos visto en alguna que otra película. Me río pensando en las veces que me he tirado al suelo haciéndome el muerto tras recibir un “disparo” de mis vecinos, para después levantarme del suelo sacudiéndome el polvo… y, por supuesto, la impepinable reprimenda de mi madre al llegar “vivo” – entrecomillado adrede -, hecho un desastre a casa después del esfuerzo que había dedicado para vestirme como un pincel.

Hablando de “jugar a la guerra” me viene a la memoria esa icónica secuencia de “Terminator 2” en la que los protagonistas observan a dos niños jugando con pistolas de juguete:

John Connor: ¿No lo lograremos verdad? Me refiero a la gente…
Terminator: Está en vuestra naturaleza destruiros mutuamente.

¿Qué opinan ustedes? ¿Tenemos futuro?

En la vida real, en una pelea real, en un combate real… el ruido atronador de las armas difícilmente nos habría permitido levantarnos “vivos” y sacudirnos el polvo como si nada hubiese pasado.

En la práctica, los soldados juegan a ese mismo juego: Se preparan para el combate – con elementos “algo más sofisticados” que nuestras viejas pistolas de juguete – y luego comprueban en la realidad si ese entrenamiento mereció la pena, si consiguen sus objetivos – por ejemplo defender el «castillo» del espacio aéreo – o si al menos sobreviven para luchar un día más. Para rematar la analogía, no olvidemos por último a la “madre patria” – a los viejos políticos e incluso al pueblo al que defienden -, que después de la preceptiva “palmadita en la espalda” inicial los critican por el destrozo, el gasto de material militar y el desastre causado… al menos a los que consiguen regresar “vivos”.

El mundo de la simulación abarca toda la actividad de las Fuerzas Armadas y a grandes rasgos podría ser dividido en tres categorías:

    • Didácticos: Son adiestradores parciales que sirven para formar al alumno en el funcionamiento de un subsistema/instrumental determinado, como la navegación en un avión o la dirección de tiro de un carro de combate.
    • De instrucción y adiestramiento táctico. Suelen ser la réplica de un arma – como los lanzamisiles -, la representación de un instrumental o elementos mediante los cuales se realizan operaciones (defensa aérea, maniobras, guerra electrónica, etcétera) o la simulación de un sistema de armas – aviones, submarinos y carros de combate, entre otros -.
    • Los estratégicos. Dirigidos a la formación de alumnos del Estado Mayor, se les conoce también como Juegos de Guerra. Se utilizan para evaluar planes operativos en los que intervienen numerosos factores, desde la moral de un pueblo hasta la logística y el nivel de adiestramiento de las unidades de un ejército.

Es un mundo demasiado amplio para abarcarlo en un único artículo así que, aunque daré alguna pincelada general de otros sistemas, me centraré en el que por mis aficiones conozco mejor: Los simuladores de vuelo.

Simuladores de vuelo.

Ha pasado mucho tiempo desde que Ed Link crease en Link Trainer. También conocido como Blue Box, fue el primer simulador de vuelo construido. Lo construyó allá por el año de 1929 en Binghampton – Nueva York. Inicialmente era usado en parques de atracciónes, pero todo cambió unos años después. En 1931 obtuvo una patente y, después de que la que se conocía por entonces como Corporación Aérea del Ejercito de los Estados Unidos (Army Air Corp, germen de la futura US Air Force) perdiera seis pilotos en una semana en 1934, la demanda de mejora en la formación de vuelo llevó a que la necesidad de su simulador empezará a aumentar. Era poco más que una atracción de feria “bien hecha” pero permitió “salvar la vida” a muchos de los pilotos que después participarían en la Segunda Guerra Mundial.

Todos tenemos más o menos idea de lo que es un simulador de vuelo. Básicamente una cabina que reproduce los mandos de una determinada aeronave y un puesto de control que gestiona el ejercicio a simular. Entrarían dentro de la categoría de Instrucción y Adiestramiento.

En la actualidad el vuelo simulado ha alcanzado un nivel de realismo sobresaliente. La aproximación gráfica a la visión del espacio aéreo desde la cabina de un avión y el funcionamiento mecánico de la instrumentación y controles han llegado a tal nivel de fidelidad que los hace indistinguibles de la realidad, peeero… – siempre hay un “pero” – los que hemos tenido la oportunidad de pilotar alguna aeronave real, sabemos que en el aire las cosas se ven de manera diferente y se pueden salir de curso con cierta facilidad. El tiempo de reacción es fundamental, no hay segunda oportunidad, máxime cuando se trata de Matar o Morir… ¡Cazador o Presa!

Cuando un hombre – un soldado, un piloto – se enfrenta a ese dilema, la mente del ser humano recibe una tormenta de pensamientos, de sensaciones y hasta de pánico. Se suda, se acelera el pulso, los músculos se ponen tensos, se evalúan las circunstancias y finalmente se decide cómo reaccionar… Afecta…, vaya que si afecta; más aún cuando también se tiene que lidiar con las fuerzas G y la tensión mecánica que las forzadas maniobras de combate exigen al piloto. La tormenta de señales eléctricas que genera el organismo y los tiempos de reacción son medibles y repercuten sin duda al desenlace del combate.

Tengan claro que, usando la tecnología, se puede lograr el objetivo de adiestrar personal cualificado en el tiempo más breve posible, sin “riesgos” – el vuelo real siempre los tiene – y minimizando el gasto, para así seleccionar, evaluar y descartar a los candidatos ya desde las fases iniciales de su entrenamiento.

La gestión de la parte mecánica del combate – uso de los controles de vuelo, los sensores de armamento y electrónicos, envolvente de vuelo de las aeronaves enfrentadas, etc – puede repetirse hasta el infinito en los simuladores hasta conseguir automatizar y minimizar las décimas de segundo que el piloto tarda en decidir cómo actuar con el aparato… peeero mis apreciados lectores… si a eso le sumamos la tensión emocional del momento, el riesgo y el peso/lentitud de las decisiones humanas… créanme…, eso NO puede simularse… Hay que experimentarlo en un vuelo real, hay que sentirlo en las carnes… aunque sea mediante enfrentamientos de práctica.

Realidad virtual (RV)

Quedaría cojo cualquier artículo sobre simulación si dejase de dedicar al menos un apartado para examinar esta tecnología que se está imponiendo en el mundo de la simulación de vuelo, y que considero imprescindible para recrear con fidelidad el manejo de una aeronave de combate moderna como, por ejemplo, el EF-2000 EuroFighter del Ejército del Aire español.

Querría señalar que mientras redactaba este artículo he reescrito varias veces esta sección hasta que me he dado cuenta de que era imposible resumir, sin aburrirles con una larga parrafada técnica, todo lo que conozco y he investigado acerca del tema. Así que, en vez de ello, voy a contarles una experiencia propia. Por otra parte, les dejo al final del artículo un apéndice con algunas empresas que trabajan con ello y que os pueden proporcionar un contacto real con ese mundo. No son las típicas empresas del “juguete RV”, no son esos simuladores de PC a los que estamos acostumbrados, son empresas serias, son productos serios, son productos profesionales. Son, en definitiva, experiencias reales.

Les cuento pues.

En base aérea de Morón de la Frontera (Sevilla, OZP/LEMO), durante una jornada de puertas abiertas, tuve la suerte de probar un simulador RV del EF-2000. Mientras aguardaba mi turno, observaba sorprendido cómo alguno de los que los que lo iban experimentando terminaba tomando asiento y mareado al acabar la sesión. “¡Qué gracia!” – pensé -… hasta que fue mi turno.

Me sentaron en el asiento, me pusieron un casco de Realidad virtual, evidentemente no el carísimo e innovador casco Escorpión de la compañía francesa Thales con el que están dotando a los EF-18M Hornet españoles, y que integra en el visor sistemas de mejora de la conciencia situacional del piloto – Para los neófitos algo parecido al casco de Iron Man. Vamos… de ciencia ficción -, tras lo cual, desde la estación de control, dieron comienzo a la “demo”. Consistía básicamente en un sobrevuelo de la recreación virtual del propio aeródromo de la base aérea tratando de evitar al tráfico aéreo simulado… Entendí el porqué de los mareos que acababa de observar. Afortunadamente, además de que cierta experiencia en pilotaje de aparatos deportivos que me ha habituado a lidiar con la sensación de vértigo, me conciencié de que, a pesar del realismo de lo que estaban viendo mis ojos, todo era una ilusión visual, si… muy muy fiel… ¡pero no me estaba moviendo del sitio! Me descubrí intentando asomar la cabeza a través del «cristal de la cabina del avión” para mirar la pista de aterrizaje en tierra y a alrededor para tratar de esquivar las aeronaves que se aproximaban. Acabé… tan sentado como los demás y no llegué a marearme… pero faltó poco.

¡¡¡Me quedó claro sin lugar a duda que la RV es el futuro de la simulación de vuelo!!!

¿No sé qué opinan ustedes?, pero creo vuelvo a extenderme demasiado en la longitud del texto. Me han criticado por ello, aunque lo considero necesario si uno quiere abordar los temas con cierto rigor y detalle. Abreviaré, pero, como cierre, no pienso dejar de tratar el epígrafe que sigue.

Simulaciones de guerra, la IA en combate.

Hasta ahora hemos hablado de simuladores de “máquinas de guerra”, entiendo por ello un avión, un carro de combate, un buque de guerra, un MANPAD, un fusil, etc. Son elementos materiales finitos y concretos en los que se evalúa y simula un único elemento de combate. En los centros de entrenamiento se combinan varias unidades de un mismo elemento conectándolos en red para realizar entrenamientos en grupo o de coordinación de ataques. Son ensayos complejos que requieren un gran ancho de banda por el volumen de tráfico de datos, y una cantidad de procesamiento digital considerable, al que hay que sumar la potencia de cálculo necesaria para ejecutar la simulación en cada uno de los puestos individuales.

Así pues, extendiendo el paradigma, pongo ahora sobre la mesa la posibilidad existente de conectar varios simuladores de vuelo en red para efectuar combates virtuales. Estos no necesariamente tienen que encontrarse en la misma ubicación física. Pueden por ejemplo, estar situados en diferentes bases aéreas, simulando así misiones de transporte logístico con protección de cazas y/o reabastecimiento en vuelo. De hecho, la NATO está trabajando en la conexión simuladores de diferentes sistemas sintéticos para “linkarlos” y crear ejercicios de entrenamiento especializados más eficientes. Todo ello se trata en las IT2EC Conference, ferias de formación y simulación de Europa.

Es más, se pretende conseguir un Campo de batalla digital. Los simuladores conectados permitirían a los pilotos volar una guerra a gran escala. Soldados, marineros y aviadores podrían sumarse para trabajar juntos y recrear batallas enormes y muy realistas en línea. Al igual que los jugadores que juegan los últimos juegos de Call of Duty o Battlefield, podrán cooperar en una red en expansión de simuladores de alta tecnología. Usando las herramientas adecuadas y los últimos desarrollos, fabricantes tan reputados como Northrop Grumman y BAE Systems están haciendo realidad ese sueño virtual.

¿El precio de toda esta fantasía digital? Exhorbitante, pero piensen en lo que costaría un ejercicio real. ¡Piensen en lo que cuestan las maniobras conjuntas que hacen los diferentes ejércitos! Pero aun mejor… ¡Piensen el lo que costaría enfrentarse a un conflicto real con una tropa sin sus garras afiladas y pericia para usarlas con eficacia!

¿Y qué pinta la IA (Inteligencia Artificial) en todo esto?

Con esta pregunta me refiero a las herramientas de evaluación de riesgos y de toma de decisiones. No me refiero a esa IA – la WOPR – que aparece en la estupenda película “Juegos de Guerra” y que acaba ocasionando un verdadero caos en el centro de control del NORAD. Me refiero a productos serios que son capaces de aprender de las técnicas del enemigo e incluso, gracias a ello, anticiparse a sus movimientos.

Para el caso al que me estoy restringiendo en mi artículo hablaré de como una IA vence en combate aéreo a los mejores pilotos.

IA contra Piloto.

Más allá de la asistencia que proporcionan la electrónica de a bordo en un avión de combate – radares, IRST, contramedidas, GPS, electrónica de vuelo y diagnóstico, etc -, en lo que podría ser el comienzo de una nueva era y el fin de otra, y con el concurso de varias empresas y centros de investigación, incluyendo reconocidos contratistas de defensa – Aurora Flight Sciences, EpiSys Science, Lockheed Martin, PhysicsAI, SoarTech y Heron Systems -, un programa de software de inteligencia artificial (IA) derrotó a un piloto de caza del Lockheed Martin F-16 de la Fuerza Aérea de EE. UU (USAF) en cinco combates aéreos simulados.

Estas “derrotas virtuales” fueron la culminación del programa Air Combat Evolution (ACE) de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa de los EE. UU. (DARPA), en un esfuerzo por diseñar un programa de IA que superase en las maniobras básicas de los cazas a un piloto humano de la USAF a los mandos de un F-16.

Antes de enfrentarse a un oponente humano, el programa se enfrentó con éxito a las IA de los demás concursantes… unos contra otros en varios escenarios de combate aéreo diferentes.

El programa de IA, llamado «Falcon», derrotó al piloto de combate en activo y graduado del Curso de Instructor de Armas F-16 en una serie de maniobras casi perfectas que aprovecharon la capacidad del programa de simulación para volar con mayor precisión y agresividad. “Falcon AI” fue desarrollado por el contratista de defensa Heron Systems – ahora Shield AI -. El piloto humano afirmó que el programa de IA no solo voló con mayor precisión, sino que reaccionó más rápido – Considero que a él lo obligó a dar lo mejor de si mismo… a ser mejor piloto… mejor cazador -.

Sobre la base de lo que se demostró en el programa ACE, la DARPA plantea encontrar formas de hacer que los pilotos tripulados y de IA colaboren mejor juntos en combate: los llamados equipos tripulados y no tripulados.

En mi opinión esta tecnología no se empleará solo como elemento de adiestramiento del piloto, sino que se integrará como futuro elemento de asistencia al combate en el equipamiento de control estándar de los aviones reales, permitiéndoles mejorar la “Kill Ratio” de ejército que lo utilice. Es más, anticipando un futuro plausible, si todos los bandos utilizan una tecnología similar se llegaría a convertir en una lucha entre IA’s!!!

Conclusiones.

Creo que ha quedado meridianamente claro que encuentro más que justificable el uso de la simulación para preparar, complementar y mejorar las capacidades de respuesta de los ejércitos frente a una situación de conflicto, pero – permítanme insistir – considero imprescindibles la ejercitación real de las técnicas simuladas para comprobar que teoría y práctica encajan en las predicciones formativas que los altos mandos estiman durante la fase de adiestramiento de sus tropas.

Fin.

Vivimos en un mundo en el que la economía prima sobre todos los demás intereses, y entiendo que es necesario optimizar el gasto en la preparación del personal militar de cara a anticiparse y/o mejorar el tiempo de reacción frente a las posibles situaciones de combate. La simulación ayuda, pero como corolario tengo para ustedes una frase de Eric Fromm:

“El proceso de aprender un arte puede dividirse convenientemente en dos partes: una, el dominio de la teoría; la otra, el dominio de la práctica.”

A lo que apostilla Benjamín Brewster:

“En teoría, no hay diferencia entre práctica y teoría. En la práctica, si la hay.”

Así que no abandonemos el ejercicio práctico y verificación real de las habilidades que deben poseer nuestros soldados y no vendamos sus – y nuestras – almas – salvaguardadas por las de ellos – a los “cantos de sirena” de la simulación. Podemos estar construyendo un castillo en el aire que se desmoronaría a la menor brisa de viento real.

Un saludo, Damas y Caballeros.

P.d.: Mencionar que la Federación Andaluza de Deportes Aéreos convoca anualmente el Campeonato de Andalucía de Vuelo Simulado – modalidad Duelo – usando el simulador de vuelo de combate “IL2-Sturmovik”, en el que uno de mis compañeros del Club ha quedado segundo. Felicidades!!!

Apéndice:

Simuladores de vuelo profesionales. Visiten entre otros:

😮