El Arma

El arma es la herramienta/tecnología que permite proyectar la fuerza que necesaria para defender al individuo o grupo de las amenazas que lo perjudican.

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El hombre

Detrás de cada conflicto hay personas, y otras, que se encargan de mediar en la resolución de los mismos usando la formación y fuerza necesarias.

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El momento

A veces la coyuntura hace necesaria una intervención armada para su resolucion. Esas circunstancias y su desenlace siempre requieren análisis.

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Palabras, tiempo de: “Sol y Moscas”!!!

Libro: Sol y Moscas

Buenos días/tardes\noches queridos lectores en busca de saciar vuestra curiosidad acerca de mis andanzas y avatares. En esta ocasión más que andanzas las calificaría como aventuras de sofá o, en todo caso, de música y atardeceres de ocio.

Dicen que construir algo verdaderamente importante cuesta tiempo y esfuerzo. Escribir este artículo en verdad me ha costado tiempo, pero… ¡no esfuerzo! Trabajar en algo que te llena pasa a convertir cualquier esfuerzo en pasión. En el caso del tema que os presento hoy, hablo de «tiempo de lectura»;…  Lectura al atardecer, sentado en mi habitación, mientras el sol se oculta tras los tejados del vecindario. Acompañado por algo de buena música e incluso algunas veces también por un té con miel. Esos ratos esporádicos, si bien no tan emocionantes como un safari en Kenia, escalar un ochomil, o enfrentarse a la mirada de una mujer, son en cambio momentos simples, sencillos, al alcance de cualquiera y en determinados casos, gracias a la prolífica imaginación que a algunos nos caracteriza, permite sumergirse en las infinitas posibilidades de lo que la mente del ser humano es capaz de concebir.

Relativo a esto último que acabo de comentar, decía Albert Einstein:

El conocimiento te llevará del punto A al punto B… la imaginación a cualquier parte!!!

Así pues, introduzco una novedad en el tipo de artículos que publico en este blog. Desarrollo para ustedes mi primera crítica de literatura militar. Pero no una cualquiera, sino una a la usanza de este que caballero que os escribe y que con el tiempo… ese del que hablaba más arriba… ha aprendido a tratar tan solo de aquellas cuestiones que merecen ser tratadas con el rigor y respeto que suelo dedicar a las tareas que emprendo. Leer el libro, y redactar mi opinión acerca de esta atípica pieza literaria que os acerco, sin duda ha merecido el “esfuerzo”.

El Autor y su Libro.

El autor… Manuel Parrilla Gil es aviador. Formado en la Academia General del Aire, ha pilotado aviones militares y civiles durante cuarenta años. Formó parte de la 38 Promoción de la Academia General del Aire. Posteriormente ejerció como piloto de caza en Albacete y Salamanca, donde formó parte del Ala 14, volando Northrop F-5 y Mirage F-1. Estuvo más de treinta y ocho años en activo, y luego siguió volando en compañías de carga y pasaje para dedicar sus últimos años como aviador a la extinción de incendios. Ahora ejerce de escritor y colaborador en publicaciones especializadas en el mundo de la Aviación y la Historia.

¿El libro «Sol y Moscas«?… Bonita encuadernación. De calidad. Pesa 716g y mide 23,7×17,1cm. La tipografía usada – fuente, tamaño, espaciado, interlineado e impresión general – es adecuada y permite leer el texto sin abigarramiento, con comodidad y claridad. No sé si les pasará a ustedes, pero… ¿Al abrir alguna que otra obra, no tienen la sensación de cierto caos por lo comprimido, apelotonado y ofuscado del escrito? Este, muy al contrario, limpio, espacioso y ordenado parece invitarte a sentarse y leerlo calmadamente.

Lo adquirí casi sin mirarlo, más por tener un autógrafo del autor que por el contenido en sí y … bueno… acostumbrado a otras obras sobre aviación de las que dispongo en mi biblioteca, imaginaba que una vez me pusiese a ojearlo, vería la típica retahíla de enumeraciones, fechas, tablas de datos, descripciones técnicas, descripciones operativas y aburridas transcripciones oficiales de los acontecimientos… En fin… otro libro más del montón… ¡Cuán equivocado estaba! Y ¡Cuán sorprendido quedé una vez me decidí a leerlo! Muchas tardes… muuuchas… muchas agradables tardes recreando en mi mente lo acontecido en los cielos de nuestro denostado país!!!

No se trata de un libro técnico… ¡Para nada!… Se mete en la piel de los protagonistas, de los pilotos, del hombre como rey y señor de los destinos, novelando cada uno de los episodios tratados, poniéndose en el papel de los implicados, imaginando qué sentían, qué los motivaba, qué pasaba por sus cabezas. Como muchos de ustedes sabrán, he volado en parapente, pilotado paramotores y ocasionalmente he estado a los mandos de algún que otro aparato de aviación ligera. Conozco muy bien las sensaciones ahí arriba. Lo bueno, y lo malo… las vistas, los atardeceres, volar entre nubes… el cielo en tus manos, el compañerismo, pero también el frío gélido de los inviernos, los nervios, las dificultades de orientación, los problemas de motor y por desgracia la pérdida de algún compañero… Leer el libro me ha hecho revivir todas esas sensaciones, y comprender mejor por lo que pasaron. Para ponerme mejor en situación durante cada capítulo debo añadir la ayuda que supusieron los anexos técnicos del libro… constantes saltos a ellos para “ponerle cara” y entender las diferencias técnicas de los modelos de las aeronaves descritas para así además poder recrear en mi imaginación las complejidades de los combates.

Por diferentes vías relacionadas con el mundo de la aviación me habían llegado tan buenas recomendaciones – en especial la de mi apreciado Rafel Nieto – y referencias tanto del libro como del autor que pensaba comprar un ejemplar en cuanto tuviese oportunidad. Cuando me enteré de que lo iban a presentar en las instalaciones del Real Circulo de Labradores de Sevilla vi la oportunidad de “matar dos pájaros de un tiro” y conocer personalmente al autor.

El Resumen.

Sería para mi muy difícil, verdaderamente difícil, resumir el libro. Está lleno de anécdotas acerca del desarrollo de la aviación española tanto durante la Guerra Civil como durante la Segunda Guerra Mundial. Si les digo la verdad… por edad ambos periodos me pillan algo lejos y, aunque por mi afición a la historia de la aviación conozco a grandes rasgos el desarrollo de ambos conflictos, llevado de la mano del autor leer el texto me ha permitido entender el discurrir de los acontecimientos y casi a vivir en carne propia las peripecias de los pilotos. Es más… ¿Recuerdan qué ocurre con los estudiantes cuando tratan de aprender alguna materia?… Determinados profesores de historia se empeñan en machacar a los alumnos con fechas, datos y hechos. Estos, acaban odiando sus clases y/o asignaturas pero,… cuando algún profesor las adorna, las contextualiza y las decora con las apropiadas anécdotas, el conocimiento acaba calando en ellos casi por arte de magia y grabados a fuego en su memoria… A mí me ha sucedido algo parecido con la obra; He “puesto cara” a los pilotos, he comprendido mejor las vicisitudes por las que atravesaron y he entendido mejor la línea temporal de sus hazañas. Estoy seguro de que a ustedes también les ocurrirá. Léanlo… será el mejor resumen posible y sin duda la mejor recomendación que les puedo hacer.

El relato no se limita a las cuestiones aeronáuticas en sí. Habla también de lo mundano, de lo terrenal,… de risas, de dolor, de un mundo de espías dobles y traiciones, de torturas y penalidades, pero también de camaradería. Si me lo permiten, veo un enorme potencial cinematográfico en el relato. Cómo ha conseguido el autor imprimirle personalidad a los protagonistas y cómo ha “humanizado” la narración de los sucesos hace que acuda a mi mente el tratamiento que el director británico Christopher Nolan dio a la vertiente aeronáutica de la excelente película bélica “Dunkerque”. Si yo fuese el autor le enviaría una copia en inglés…. Y, ¿quién sabe?… Con ese director, algo de valor y el apoyo financiero del Ministerio de Cultura y/o de Defensa

Si desde el punto de vista aeronáutico/técnico tuviese que destacar algún pasaje concreto del libro recalcaría cómo se novela la pugna entre los aviones Heinkel HE-112 y Messerschmit BF-109 por convertirse en el principal avión de combate de la aviación alemana. Más allá de los aburridos análisis técnicos con que suelen describir estas cuestiones en otros libros, este lo enfoca desde el punto de vista humano… Casi pude sentir el ronroneo de los motores Junkers Jumo 210 que propulsaban ambos modelos, las dificultades de manejo por parte de sus pilotos, las modificaciones técnicas a las que tuvieron que someterse hasta convertirse en los prototipos finales a evaluar, y la opinión/baremación de aviadores y políticos para finalmente decidirse por el ganador en función de sus mejores cualidades aerodinámicas y de potencial desarrollo futuro. Todos sabemos cuál resultó seleccionado, ¿verdad?

Es cierto que a veces la confianza mata. Es algo que no deja de sorprenderme del ser humano. Quizá no sea la anécdota más extensa del libro, pero no pude más que quedarme estupefacto al leer cómo dos excelentes pilotos, el teniente García de Juan y el capitán García Pardo a los mandos de los por aquella época “modernos” y recién entregados Heinkel HE-112, fallecieron por exceso de confianza cuando, al dar ya casi por finalizada y ganada la guerra, quisieron agasajar al personal de tierra del aeródromo de Alamuez simulando algunas maniobras de combate. Fatídicamente, confiándose en su experiencia como pilotos de las aeronaves que de las que habían dispuesto hasta entonces, realizaron algunas maniobras a baja altura presumiendo que los aparatos se comportarían como aquellos a los que estaban acostumbrados. El resultado… un avión estrellado en invertido, otro precipitado en barrena y el tercer piloto que los acompañaba atónito al ver cómo sus compañeros, supervivientes de tantos combates, morían absurdamente cuando ya no había amenaza con la que luchar.

De las muchas anécdotas noveladas en el libro considero una notable omisión que cuando el autor relata el derribo por un Polikarpov I-15 del piloto alemán Friedrich Windemuth – que en ese momento pilotaba el ME-109D 6-98 en una de las últimas batallas aéreas de la Guerra Civil – olvidase mencionar el noble gesto que el piloto republicano que lo derribó – José Falcó – estuvo realizando durante los años posteriores a la finalización del conflicto, depositando flores en la estela funeraria ubicada en el lugar donde fueron hallados los restos de su avión – junto al aeródromo de Vilajuïga-Garriguella el 6 de febrero de 1939 -. Todo un ejemplo de eso que nos hace humanos y honroso símbolo de reconciliación/penitencia frente al violento pasado. En palabras del propio Falcó:

“Murió él, pero pude haber sido yo, y por eso siempre que volvía al Empordà, recogía algunas flores y amapolas rojas y se las dejaba junto a la lápida”.

Por último, no me queda más remedio que elogiar la labor de investigación del autor. Recopilar los diarios de vuelo de los pilotos, ya de por si complicado, e imaginar cómo discurrirían los hechos para dotar a las lides aéreas de un realismo cercano, alejado de tecnicismos aeronáuticos, y también dotar a las intervenciones de los protagonistas de sus respectivas personalidades, caracteres y sentimientos, es algo difícil de trasladar al papel para cualquier escritor. ¿Me pregunto si llegó a hablar con alguno de los supervivientes/familiares o se limitó a obtener la información base a partir de la bibliografía que enumera en el anexo?

Los “peros”.

Hablar de la Guerra Civil es un deporte de riesgo en estas fechas. La vida política y social está claramente polarizada y a pesar del tiempo transcurrido, las heridas siguen – y algunos se empeñan en ello – abiertas. Escribir sobre unos episodios tan cargados de controversia siempre genera suspicacia. Recelos que se pusieron de relieve y generaron tensión entre los asistentes y el autor durante la presentación de la obra. Se produjo una tensa discusión con alusiones respecto al enfoque dado por el escritor a la supuesta trama/conspiración italiana del bando nacional para conseguir apoyo militar incluso ya antes del comienzo de la sublevación/hostilidades. Algún oyente durante la presentación – y posteriormente en los foros donde publiqué una nota al respecto -, echó en cara al ponente su falta de seriedad por el presunto sesgo político republicano que parecía mostrar.

Tras leer el libro al completo, no puedo certificar esa «cierta» inclinación que se le achacó excepto hasta los últimos capítulos del libro, en los que se aprecia una clara tendencia a detallar más exhaustivamente y/o dar más protagonismo a las acciones y aeronaves del bando republicano/comunista. Considero que en general el autor ha sido bastante imparcial, admirables sus narraciones acerca de la participación de la Escuadrilla Azul en la LuftWaffe, aunque quizá para redactar los últimos episodios encontrase más documentación relativa a la participación de pilotos españoles en las fuerzas aéreas soviéticas. Con algo más de paciencia, y si me hubiese parecido razonable señalar el libro con un marcador, podría haber hecho algún análisis de tipo estadístico como por ejemplo contabilizar en número de páginas dedicadas a cada uno de los bandos,… pero he disfrutado tanto del relato que manchurrearlo con rotuladores de color… ¡me parecía un sacrilegio!

Pero… como suelo decir:

Su libro… sus normas… su punto de vista!!!

En otro orden de cosas, el ejemplar del que dispongo es de la 2ª Edición ampliada. Si tuviese que sugerir algún “pero” al aspecto editorial de cara a una próxima reedición creo a buen seguro que los más aficionados a la “cosa técnica” agradeceríamos mejorar la sección “Aviones en planta”. Dedicaría al menos una página completa a cada aparato – incluyendo bombarderos -: En el anverso, las actuales plantas con las diferentes vistas en tres dimensiones, aunque con especificaciones algo más extensas. En el reverso incluiría una reseñas/descripciones del desarrollo y características más destacadas de cada aeronave junto con su historial bélico y los aeródromos en los que operó, todo ello fácilmente disponible para su inclusión por el autor o la editorial a través de múltiples fuentes.

Reconozco además que soy de los que le gusta observar los mapas de los conflictos que estudio, así que para “redondear” los apéndices del volumen, y dado que desconozco en general la ubicación de los aeródromos mencionados a lo largo de los relatos – algunos de ellos seguramente ya desaparecidos -, sería de gran utilidad incluir algún que otro mapa o carta de navegación de las zonas de vuelo citadas con objeto de ubicarlas correctamente y, por la orografía del terreno, comprender dónde y cómo se desarrollaron las operaciones aéreas. Es más, … ya puestos a pedir, … ¿Qué opinarían si además incluyese algún que otro mapa del frente de combate con las típicas flechas que muestran la dirección de los ataques en las diferentes zonas en las que se desarrollaron las ofensivas?… ¡Ahí dejo la sugerencia!

Epílogo.

Todo análisis puede extenderse hasta el infinito, pero… es hora de terminar,  creo que con lo dicho hasta ahora pueden formarse una opinión clara acerca de la obra… dejémoslo así pues. Confío en que el autor considere digno mi modesto/particular trabajo de síntesis acerca de su obra y que a ustedes al menos les haya hecho picar lo suficiente la curiosidad como para optar por experimentar en carne propia el sumergirse en el excepcional relato de las circunstancias y hechos de la historia de la aviación militar española que para muchos son desconocidos y que el texto pretende hacer entender/descubrir.

No dejen de admirar del anexo final con las ilustraciones a todo color algunos aparatos y la interpretación pictórica de varias de las acciones relatadas en la publicación… sin duda un excelente trabajo del dibujante Carlos Alonso!!!

Un saludo y gracias por leerme, Damas y Caballeros!!!

P.d.: Las «referencias» que he encontrado en internet sobre este libro para documentarme mientras redactaba el artículo apenas si merecen calificación de tal… una auténtica pena. Confío en que mi análisis del texto pueda servir de ayuda. ¡Ah! y no dejen de visitar los enlaces embebidos en los diferentes apartados de este artículo.

🙄

Aventura americana!!!

Estoy cansado… la vuelta al trabajo después de las vacaciones estivales está siendo complicada. Quizá porque se conjuran el calor y las complicaciones típicas del puesto que desempeño. Aparentemente la oficina parece tranquila, y de hecho vuelvo con energías y ganas – me gusta lo que hago y los retos que se me plantean cada día – pero aún estoy “padeciendo” las consecuencias de mi última aventura…

Mi aventura americana.

Si, mis queridos lectores, por fin tras años de espera, dejar para mejor momento cumplir alguno de mis sueños y, por supuesto, cierta inseguridad y temor a lo desconocido, … por fin he visitado ese país que tanto añoraba conocer. Reconozco que casi nadie lo sabía, lo había comentado de pasada con alguna persona cercana, pero sin darle la debida importancia. Lanzar las campanas al vuelo, por algo de lo que finalmente podría retirarme apostando por un destino más “cómodo”, no me parecía de recibo. Tengo que reconocer que alguien me dio un empujoncito. Ya se lo he agradecido, y también a mí mismo por haber tenido el valor de sopesar los pros y los contras y haber optado por una aventura que me llena de orgullo por mi desempeño allí y que sin duda ha sobrepasado todas mis expectativas.

Pero bueno, todo esto no es el tema que os ha traído a mi blog militar… Hablemos de Militaria norteamericana!!!

Dos ciudades fascinantes, muy diferentes la una de la otra, pero ambas llenas de un enorme atractivo, Nueva York (NYC) y Washington (WDC). ¡Qué decir de ellas!… la una caótica y la otra señorial. Pero vayamos al grano.

¡Impepinable!… tenía que visitarlas sí o sí, sobre todo teniendo en cuenta mi clara inclinación – y la vuestra – hacia la vida marcial, el ejército, la militaria…

Curioso, muy curioso. Hago un inciso…

Suelo ponerme música mientras escribo y justo ahora (21:32 20/08/2023), mientras estoy al teclado, la selección automática que ofrece YouTube está haciendo sonar por los altavoces de mi computadora “Shape of my Heart” de Sting. Habla de las “espadas de soldado”, de las “armas de guerra”, de “maldecir la suerte”, de los “hombres de demasiadas caras” … toda una alegoría antimilitarista.

– Pero bueno, como iba diciendo – … “el ejército, la militaria… y sus tradiciones”.

En ambas ciudades se puede colmar toda ambición de conocimiento de cualquier aficionado a estas temáticas, pero entre mis objetivos para este viaje estaban por supuesto: Visitar el Museo flotante de Aeronaves del USS Intrepid situado en el muelle 86, en el WestSide de Manhattan. Sentarme relajado en los jardines del National Mall de Washington donde está en Lincoln Memorial y los monumentos a sus veteranos. Y, como no, visitar el Cementerio de Arlington donde están las tumbas de aquellos que pagaron y pagan el precio por las decisiones políticas que han tomado los “hombres de demasiadas caras” a lo largo de toda la historia de Estados Unidos.

Traje de allí algunos detalles a modo de presente para mis más cercanos, pero también para ustedes. El vuestro consiste en parte de la documentación que he recopilado en dichos lugares para así alimentar el Área de descargas con una nueva entrega. Esta la constituyen:

Os recomiendo imprimirlos. Confío en que disponer de estos ficheros os resulte de interés. Representan un tributo a la historia militar norteamericana… Decía uno de los guías que:

“Los americanos «NO» tienen historia, por eso hacen un monumento de cualquier cosa”.

A mi juicio puede que tuviese razón en sentido figurado, pero no me cabe duda de que están tratando de “solucionarlo” a pasos agigantados. Y hay que reconocer que saben hacerlo. Su orgullo, su bandera omnipresente, su maquinaria histórica y sobre todo sus caídos en combate son parte de ese imaginario del que hacen gala como ninguna otra nación en el mundo.

Mientras paseaba por las calles de ambas ciudades y de sus lugares relevantes, notaba el orgullo que sentían por su pasado. También pude comprobar cómo los veteranos son respetados. En el USS Intrepid, pude mantener una interesante charla con uno de ellos al que tengo que agradecer su amabilidad y que me recomendase la mejor ruta para conocer los entresijos del portaaviones… – Su sala de mandos, sus salas de comunicaciones cifradas, la de control de radar, su puesto de briefing de misiones aéreas, etc. … Hubiese sido incapaz de encontrar el angosto acceso por mí mismo sin su ayuda.

A pesar de que también pude comprobar que algunos critican la dejadez de su gobierno hacia quienes lo han dado todo por defender los intereses de su país, en general han asumido y perdonado sus propios errores y pude sentir que eso que en sus películas denominamos como “americanada” allí forma parte de su idiosincrasia y hacen gala de ello. Admirable!!!

Allí en medio sentí pena por nosotros…

España, este país de mierda, en cambio no hace más que restregarse la historia como arma arrojadiza y rescata de la tumba a sus muertos para echárnoslos en cara unos a otros como pesada losa que lastra nuestro futuro… Deberíamos aprender algo de los yanquis… También tuvieron su “Guerra Civil”, pero al contrario que nosotros, han sabido valorar el sacrificio de ambos bandos, puesto que todos lucharon por hacer grande su país, no como algunos de los nuestros que están empeñados y luchando por dividirlo. Su bandera por todos lados, inmaculada, perfecta, limpia como una patena, ondeando a viento en cada esquina como legado y símbolo de la unión de voluntades más allá de las diferencias de parecer. Aquí… mancillada, quemada, hecha jirones, con miedo a enseñarla y tratando de demeritar la historia de un país que precisamente de lo que puede presumir es de historia… Me dan ganas de mandarlo todo al carajo y exiliarme… pero amo a mi país, su historia, y ¡confío en que haya luz al final del túnel!

Como ya saben, me gusta apostillar con alguna frase célebre, así que en esta ocasión, y como decían de Rodrigo Díaz de Vivar en el poema épico castellano el Cantar del mío Cid, se podría decir de los españoles…

“Qué buen vasallo sería, si tuviese buen señor.”

¡¡¡Mis disculpas… me he puesto demasiado intenso… pero es que me enerva lo que está sucediendo y como las alianzas contra natura están hundiendo en la miseria a esta gran nación!!!

Epílogo.

Muy bien… va siendo hora de terminar este artículo y descansar, aún tengo ampollas en los pies debidas a largas caminatas que me dí por el ansia de empaparme de todo. En mi Facebook e Instagram iré desgranando parte de las fotografías que he tomado en los lugares a los que me he referido. Sean pacientes… me tomo las cosas con toooda la paz – Paz, ¡qué palabra! – y tranquilidad que la experiencia de la vida me ha dado… pero al revisarlas me estoy dando cuenta que – gracias los consejos de mis colegas – me estoy convirtiendo en un gran fotógrafo y reportero… Estén atentos a mis canales de las redes sociales, todas las imágenes que subiré reflejan parte de aquello de lo que les he hablado y sin duda serán de su interés.

Sin más, un saludo y hasta otro artículo, Damas y Caballeros!!!

P.d.: Difícilmente los encontraran los adjuntos fuera de esta web. Pueden usarlos con toda libertad, aunque agradecería que me citasen como fuente de los mismos.

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