El Arma
El arma es la herramienta/tecnología que permite proyectar la fuerza que necesaria para defender al individuo o grupo de las amenazas que lo perjudican.
El arma es la herramienta/tecnología que permite proyectar la fuerza que necesaria para defender al individuo o grupo de las amenazas que lo perjudican.
Detrás de cada conflicto hay personas, y otras, que se encargan de mediar en la resolución de los mismos usando la formación y fuerza necesarias.
A veces la coyuntura hace necesaria una intervención armada para su resolucion. Esas circunstancias y su desenlace siempre requieren análisis.
Buenos días/tardes\noches, mis queridos lectores. El tema que les traigo en esta ocasión no puede parodiar de mejor manera al significado de aquella frase que William Shakespeare acuñó allá por el siglo XV en la primera escena del acto tercero de Hamlet. Dicha frase es usada y considerada como síntesis de los procesos mentales de indecisión y duda.
El Futuro Sistema Aéreo de Combate o FCAS (siglas del inglés Future Combat Air System) es el sistema de sistemas de combate europeo que están desarrollando entre Airbus, Thales Group, Indra Sistemas y Dassault Aviación. El FCAS constará de un Sistema de Armas de Próxima Generación (en inglés, Next-Generation Weapon System, NGWS) así como otros elementos aéreos concebidos de cara al previsible futuro espacio de batalla operacional.
Los componentes del NGWS serán vehículos operados remotamente (enjambres de drones) así como un nuevo caza de sexta Generación (en inglés, New Generation Fighter, NGF).
Antes de entrar al trapo, quisiera hacerles notar algunas ideas de “pensamiento lateral” que vienen al caso respecto al proyecto de avión de combate que les presento hoy.
Todos estos factores y otros más que expondré a continuación han hecho que estuviese a punto de titular este artículo… “El culebrón FCAS”. Pero, a pesar de lo cercano metafóricamente hablando de esta propuesta de título a la realidad de lo acontecido hasta ahora con el futuro Sistema Aéreo de Combate, mi aversión a cierto tipo de prensa sensacionalista, al estilo comunicativo de esos medios y a los novelones/series rosa, me hizo pensar que ese enunciado ahuyentaría a algún que otro lector, pues degradaría la imagen de calidad y seriedad con que suelo abordar los contenidos de temática militar que os propongo.
Tras esta obligada introducción, paso ahora a plantearles mi punto de vista de este proyecto tecnológico.
El porqué del FCAS.
Parece que no, pero el tiempo pasa y las predicciones se cumplen… ¡la ciencia ficción ha llegado! Aquellas tecnologías que vaticinaban películas como la reciente “Top Gun: Maverick”, “Stealth: La amenaza invisible” entre otras, o incluso la más antigua “FireFox, el arma definitiva” de Clint Easwood, están a día de hoy materializándose.
“Firefox” presentaba un avión capacitado para alcanzar velocidades increíbles; ofrecía una maniobrabilidad jamás soñada por los ingenieros de aviónica occidentales, y poseía un sistema de armas tan futurista que bastaba el pensamiento del piloto para accionarlo. “Stealth”, presentaba los avanzados aviones invisibles A-37 Talon y a “EDI UCAV” un dron de combate tipo Loyal Wingman dirigido por una IA (inteligencia Artificial). “Top Gun” nos muestra el DarkStar hipersónico con motores mixtos de postcombustión turbojet/low-bypass y scramjet… Si, todo ello parece ciencia ficción, pero… ¡no lo es! Todas esas tecnologías están ya aquí, son reales y o bien están ya probándose en túneles de viento/prototipos, o bien algunas de ellas están a poco tiempo de salir a luz pública en forma de aeronaves reales.
¿Por qué?, preguntaba en el título de este apartado. ¿Frente a ello qué tiene Europa? ¿El EF-2000 Eurofighter Thyphoon?… ¡No me hagan reír, por dios! ¡Un avión diseñado en los 80! Por cierto, apenas furtivo según los estándares actuales. No digo que no sea uno de los mejores cazas de su generación (4++), y si… ha vencido en «alguna ocasión» al afamado Lockheed Martin F-22 Raptor – siempre en condiciones ventajosas para el EF-2000 -, tiene cierto porcentaje de materiales compuestos que reducen su reflejo de ondas de radar y se está intentado mantener actualizado gracias a las diversas etapas/tranches con las que se está desarrollando su célula y aviónica, pero tecnológicamente se trata de una plataforma obsoleta en los disputados futuros escenarios de combate previsibles.
Si no se quiere perder el carro de la innovación, la industria aeronáutica europea necesita un reemplazo YA. Ténganlo claro:
No se trata tan solo de un tema puramente de defensa, sino también industrial.
Y no soy el único que piensa así!!!
La industria aeronáutica europea.
Podría hablar de inmnesa la herencia aeronáutica de la vieja europa, pero centrémonos en el ahora.
Si bien la industria alemana soporta prácticamente en solitario el liderazgo en desarrollo e innovación a nivel de armamento de tierra y carros de combate (fundamentalmente Rheninmetal), en cambio la industria aeronáutica europea está liderada por el consorcio Airbus formado por Francia, Alemania, España y el Reino Unido. Fruto de él tenemos aviones militares como el A400M Atlas o en EF-2000 Eurofighter, ambos, proyectos muy ambiciosos que han estado sometidos a no pocas polémicas políticas a lo largo de sus respectivos procesos de desarrollo. El futuro FCAS tampoco iba a estar exento de dichas polémicas.
Tensión Dassault/Airbus.
El chauvinismo francés, siempre ha sido fuente de tensión político-militar, como muestra tienen la turbulenta época en la que Napoleón Bonaparte pretendía regir el destino del mundo. Su creencia en la superioridad y excelencia tanto de sus ciudadanos como de sus creaciones ha dado algún que otro disgusto al pueblo francés ya en el pasado. Durante la Segunda Guerra Mundial sus defensas de la Línea Maginot cedieron como la mantequilla ante el empuje de la apisonadora alemana, y los aviones de diseño francés fueron barridos de los cielos tan pronto dieron comienzo las hostilidades.
Esas y otras duras lecciones no les han bajado del burro respecto a la idea de su dominio en todo lo relativo a cualquier concepto militar. Para ser justos, tampoco les falta algo de razón. Sus aviones en delta Marcel Dassault Mirage de la época de la guerra fría fueron excelentes máquinas de guerra, alcanzando éxitos notables en combate y de exportación, lo que puede llegar a explicar que se crean/tengan por los mejores en diseño aeronáutico de la vieja Europa.
Los franceses están abiertos a colaborar a nivel europeo, pero… siempre que ellos manden… sino… no tienen ningún problema en bajarse del tren y seguir su propio camino, lo que les permite garantizar su independencia tecnológica. Ese comportamiento estuvo a punto de hacer fracasar el proyecto conjunto anglo-francés del Concorde, e hizo fracasar su colaboración en el proyecto del Eurofighter – en cuyas fases iniciales de diseño participaron – del que se retiraron en 1985 dando lugar a que a partir de su proyecto ACX – Avion de Combat eXpérimental – desarrollasen el excelente Dasault Aviation Rafale, muy similar en características al diseño europeo.
En la situación actual, la puntera empresa española INDRA, dentro de su línea de I+D de defensa, está o si decidida a continuar desarrollando la tecnología electrónica que gestionará los nuevos campos de batalla aeronáutica. Los franceses, con o sin la ayuda de la Unión Europea y en aras de esa independencia tecnológica que mencionaba antes, están completamente decididos a diseñar nuevas máquinas de combate a la altura de los tiempos. Europa, tensionada y sometida a constantes diatribas económico-políticas no tiene la suficiente coherencia y serenidad necesarias para acometer en conjunto un proyecto tan complejo como el desarrollo de una nueva generación de aeronaves de sexta generación capaces de hacer frente a los retos que la geopolítica está planteando. Todo ello ha generado una lucha de poder entre Dassault y Airbus acerca del diseño y posterior control industrial del proyecto que a la postre se ha convertido en un Tira y afloja – a mi modo de ver todo un curioso y divertido culebrón al más puro estilo de los novelones televisivos – que perjudica y retrasa innecesariamente el futuro del futuro avión de combate europeo.
Ese retraso es un tema que me preocupa especialmente. En la actualidad, los tiempos de desarrollo de sistemas de esa complejidad son enormes. Se tardan años – por no decir décadas – desde que se proponen las especificaciones iniciales, se construyen, prueban y afinan los prototipos, y finalmente entran en servicio el/los productos resultantes. Tengan claro que, en estos momentos, mis queridos lectores, el tiempo es fundamental. Se intuye un posible conflicto global en el horizonte, como se viene diciendo ya desde la época del Imperio Romano:
Si quieres la paz prepárate para la guerra.
Y Europa sabe que o bien desarrolla un sistema de combate aéreo pronto o bien tendrá que comprar tecnología al “amigo americano”, con lo cual tanto la importante inversión económica, como el I+D, como el coste de oportunidad escaparán definitivamente a otros lares. Así que o “Europa” da su brazo a torcer y permite que los franceses conserven cierto liderazgo en este desarrollo concreto o bien se las apaña como pueda y “compra” lo que otros les permitan comprar. Esta última opción ha levantado no pocas polémicas y suspicacias políticas destapando nuestra compleja realidad empresarial. Léanse como ejemplos la muy discutida compra de aviones Lockheed Martin F-35 Lighning II por parte del ejército suizo, o la bajada de pantalones alemana con una adquisición similar dada la ausencia de alternativas europeas.
Afortunadamente a la luz de las últimas informaciones en los medios de comunicación parece ser que por fin la industria europea, ante el “baño de realidad”, ha decidido por fin aclarar el panorama y unificar esfuerzos, allanando el camino para hacer realidad este proyecto común que confío llegue a buen puerto. Esperemos que, según comenta la agencia EFE, los primeros vuelos de prueba del demostrador del futuro caza europeo tengan por fin lugar en 2028 como se estima.
Consideraciones finales.
Para no saturarlos voy a evitar extenderme mucho más en este artículo pero, si bien el tema merece otro análisis detallado más adelante, no quiero dejar de dar unas pinceladas de algunas cuestiones aledañas al tema principal.
Epilogo.
La realidad se impone. La tecnología evoluciona, la industria crece, pasó ya la expectación del momento “B-21 Raider”. Se presentó en público, ya sabemos qué es y cuál es su apariencia exterior – sus sistemas electrónicos internos son harina de otro costal -. Se trata sin duda de un producto excepcional calidad y tema que pretendo cubrir más adelante cuando disponga de criterio e información fidedigna – más allá del chamulleo con el que los “enterados” están inundando las redes en estos momentos. Saben que trato estos temas con todo el rigor posible y prefiero informarme bien antes de opinar –, pero lo que sí puedo decirles ahora es que ni por asomo veo a la Unión Europea ni al consorcio Airbus capacitados para desarrollar una aeronave de características similares, no tanto por las cuestiones técnicas en sí – que las tiene – sino por las tiranteces políticas a las que ya me he referido antes. Así que:
¡Centrémonos ahora!… ¡Céntrese Europa ahora!
Ciertamente mi consejo es que la Unión Europea necesita apostar con nitidez por el FCAS y debe esforzarse y tratar de mantener algo de relevancia a nivel industrial – como he insinuado antes, ya cualquiera puede fabricar un avión -, más ahora que estamos comprobando que nuestra posición geoestratégica está en entredicho y podemos acabar convirtiéndonos en un actor irrelevante a nivel internacional.
¿Lo conseguiremos? No lo sé, no soy adivino, pero como he sugerido en algunos de mis artículos, en la actualidad el papel de los ejércitos – y por supuesto incluye lo que se refiere a la vertiente aeronáutica – más que ofensivo es garantizar el status socioeconómico de los países… y… con una industria militar débil… ¡Piensen!
Un saludo, Damas y Caballeros!!!
P.d.: Un apunte más, algunos de los bocetos/mockup preliminares del FCAS que se han mostrado a los medios – como el que ilustra la cabecera de este artículo -, dan la impresión de que se trata de un aparato «bastante convencional»… veremos en qué queda al final. Documentar este artículo ha requerido consultar, contrastar y resumir diversas fuentes de valor escogidas/discriminadas por su interés y/o calidad, así que les recomiendo visiten los enlaces que acompañan al texto. ¿Y quién sabe?… se agolpan actualizaciones/informaciónes a medida que pasan los días… ¡Quizá tengan la suerte de leer otro de mis excelentes artículos para «redondear» el tema!
😯
El Gran Duque de Osuna, el olvidado!!!
La fortuna, la suerte, la ventura, el destino – o como quiera que queráis llamarlo, mis ilustrados lectores – a veces nos sonríe, a veces nos traiciona. Tal es el caso tanto del personaje que da título a este nuevo post como mío propio en esta ocasión.
Algunos de ustedes ya intuirán a qué se refiere esa alegre/triste dualidad del azar respecto al personaje que da título a esta nueva entrada, pero seguro que también se preguntarán en qué le afecta a este que os escribe.
En el duro proceso de crear, idear y nutrir de contenido de altura este blog militar, he solicitado a personas cercanas algo de su tiempo a modo de colaboración escrita en la forma de artículos de su puño y letra relacionados con el mundo militar.
La parte triste:… He recibido muchas negativas y falsas promesas de “cuenta con ello”… no paaasa nada, soy hombre paciente, peeero… – Ya saben que me gusta apostillar, así que aquí tienen la “primera de la tarde”- como dicen los filósofos:
La parte dulce:… Conozco a Juan Manuel Fontenla desde hace años. Él me llama “compadre”. Hombre polifacético, dibujante e ilustrador gráfico de primer nivel – he tenido en mis manos su trabajo, tengo algunos de sus libros dedicados y los másteres de sus láminas más que dibujos son auténticas obras de arte. Créanme -, es, si no el mejor, uno de los mejores conocedores de la historia de la Sevilla secreta, la Sevilla de los duendes, la Sevilla del Siglo de Oro y, por lo que me he dado cuenta gracias a lo que van a leer ustedes a continuación, gran conocedor de los méritos de esos extraordinarios personajes a los que nuestra historia ha maltratado a veces tan injustamente.
Contar por fin con su colaboración ha sido todo un premio para mí y para ustedes que van a leerlo.
Pasen y lean su colaboración, pues:
El Gran Duque de Osuna, el olvidado. Don Pedro Téllez-Girón y Velasco.
Nadie como él encarna el espíritu romántico y aventurero del Siglo de Oro del imperio Español, la gloria en vida y el drama de su muerte, las luces y las sombras de un personaje digno de una novela caballeresca, admirado por el pueblo y odiado por los nobles que envidiaban sus capacidades. La envidia…ese pecado capital que ha elevado hasta los más altos peldaños del poder a parásitos mediocres sin escrúpulos, y ha sepultado en el olvido a hombres de honor, a héroes que cometieron la imprudencia de brillar con luz propia en un mundo de sombras.
Don Pedro Téllez-Girón y Velasco Guzmán y Tovar nació en el pueblo sevillano de Osuna el 17 de diciembre de 1574, en el corazón de un Imperio en el que no se ponía el Sol. Entre un listado interminable de títulos, ostentaba el de Duque de Osuna, por lo que desde su mismo nacimiento, estaba llamado a administrar una de las mayores fortunas de España, inmensos territorios y muchos miles de almas bajo su mando. Tuvo, como tantos otros grandes nombres de su época, una juventud de estricta educación y vasta cultura. Pero también gozó en sus años mozos de moral disipada, enfrascado en mil y un amoríos, duelos y entuertos, de los que siempre salió airoso merced a su dominio de la esgrima, a su astucia y a su inquebrantable sentido del honor y la justicia. A la muerte de su padre, cogió el testigo del gobierno de una de las Casas más poderosas del Imperio y no hizo más que engrandecer su prestigio, y convertir a Osuna en una de las villas más prósperas del país.
No obstante, como he dicho antes, la campiña sevillana se le quedaba harto pequeña a un espíritu tan grande. Don Pedro, Grande de España, llevaba en la sangre la aventura, el riesgo, el sueño de dejar constancia de su nombre en los libros de historia, hambre de gloria en los campos de batalla. Fue desterrado de la Corte y hecho preso en el Castillo de Arévalo en el 1600, por uno de sus muchos altercados con faldas y espadas de por medio, de donde se fugó a los pocos días, con rumbo a los Países Bajos. Dejó atrás el plácido disfrute de sus inmensas rentas y se enroló como soldado de los Tercios de Flandes, en una de las guerras más despiadadas de la historia de Europa, al servicio del Maestre de Campo Simón Antúnez. Muy pronto vio su valía y le asignaron el mando de dos compañías de caballería, dejando en su diario constancia.
En 1602, se incorporó a una flota de 8 galeras y en el sitio de Ostende, defendió con arrojo al Almirante Federico Spínola de una horda holandesa que finalmente consiguió darle muerte. A pesar del dolor por la pérdida de su hermano, el General Ambrosio de Spínola hizo mención a su valor, que le valió una felicitación personal del archiduque Alberto de Flandes. Desde entonces, su primera batalla naval se quedó grabada en la memoria de Don Pedro y le inoculó su pasión por el mar. En 1603, tras ser herido varias veces y gozar del inquebrantable respeto de la tropa, recibió en varias ocasiones el encargo del mismo Archiduque de apaciguar los muchos motines que estallaron entre los Tercios por la tardanza de la paga. En dos de ellos, que se sepa, zanjó los levantamientos adelantando a los soldados sus salarios de su propio bolsillo. Las constantes muestras de valor y su sentido del honor, le valieron un sinfín de condecoraciones y la amistad personal del Archiduque Alberto, que llegó a intercambiar la espada real de Flandes con la del voluntario de Osuna. En 1604 le concedieron un descanso que aprovechó para visitar Londres con su tío, Condestable de Castilla, para firmar la paz en nombre de Felipe III con Jacobo I de Inglaterra. Causó impresión en el Rey inglés, pues estaba preparado para recibir a un temido y honrado capitán español, pero no para su exquisita educación, su vastísima cultura y su fluidez con el latín, que le permitió compartir largas conversaciones y así ganarse la admiración del británico.
En 1606, en el asedio de Groenlo, una bala de mosquete le arrancó el pulgar de la mano derecha. Durante su dolorosa recuperación, aprendió a manejar con su mano izquierda la espada, la pluma, la pistola y el tenedor, con la misma maestría que lo hiciera antes con la diestra. Empeñado el Archiduque Alberto en terminar con la guerra en los Países Bajos, Osuna se opuso tajantemente a negociar con los rebeldes flamencos. Tanto es así que Felipe III lo reclamó en la Corte, por los insistentes ruegos de Alberto de quitárselo de encima. Tras una audiencia de más de horas con el Rey y sus consejeros, en la que explicó con prodigioso lujo de detalles la situación en Flandes, fue condecorado con la Orden del Toisón de Oro y nombrado gentilhombre del consejo de Portugal y Consejero personal para los asuntos de Flandes. Con la boda de su hijo y heredero Juan con Isabel de Sandoval (hija del Duque de Uceda y nieta del de Lerma) Don Pedro empezó una rápida escalada al poder supremo del Imperio más poderoso de la Tierra. En este período conoció a uno de sus más fieles amigos, que le sería leal hasta el día de su muerte, el célebre poeta Don Francisco Gómez de Quevedo.
En 1610, el Rey presidió el Consejo para designar un nuevo Virrey de Sicilia y el Gran Duque pronunció un discurso con tal pasión, que enardeció los ánimos de los presentes. De esa misma asamblea salió con el encargo de tomar las riendas de la desastrosa herencia en Italia, sumida en la ruina por las disputas civiles con sus Estados vecinos y el despiadado acoso de los piratas turcos. En marzo de 1611 puso pie Osuna en Sicilia, como mano derecha de Felipe III y desde ese mismo día, puso enmienda a tanta desidia, limpiando los caminos de ladrones y asesinos, encauzando la administración de impuestos justamente, restableciendo el peso real de las monedas y, de manera increíble, dando beneficios en su primer año de mandato. Acto seguido, se propuso restaurar el pasado esplendor de la Marina Española, amarrada en puerto por falta de remeros y con sólo 9 galeras mal mantenidas, para defender toda la isla. Aquí tiró de astucia para solucionar el problema, a costa de la horda de mendigos, ladrones y pícaros que infestaban las calles. Hizo primero un censo de toda esta chusma que se agolpaba en las puertas de las iglesias y después convocó un concurso público de saltos de altura, con un doblón como premio de la primera criba y un escudo de oro para los finalistas. Se presentaron todos los cojos, tullidos, mancos y ciegos de Sicilia, que recuperaron milagrosamente sus facultades. Todos ellos fueron pagados religiosamente del mismo bolsillo del Duque, con un aguinaldo inesperado de diez años de condena a galeras, por tramposos.
Los 9 navíos fueron dotados de la mejor artillería española, y en pocas semanas la disciplina volvió a brillar en ellas, al mando de Osuna, que pagó de su hacienda hasta los tercios y mosqueteros de su dotación. Fomentó una rebelión en los puertos griegos tomados por los turcos y se permitió el lujo de saquear la flota berberisca en Túnez. Comenzó a convertirse en la pesadilla de los piratas otomanos, confiscando galeras y reutilizándolas como buques corsarios sicilianos. Sus desvelos bien valieron la pena, porque desarboló los planes del Sultán, que estaba preparando una enorme armada para saquear la Flota de Indias antes de que llegara a Sevilla. El oro fluía hacia España como nunca desde Italia: un quinto del botín para el Rey, un quinto para la Hacienda Real, un quinto para sus soldados (los mejor pagados de Europa) y el resto para devolver a Sicilia su esplendor y agrandar el poder su flota. Sus proezas causaron aún más admiración en Felipe III, que no tuvo más remedio que premiar tanta valía.
Don Pedro Téllez-Girón fue elegido para enderezar también las posesiones españolas en el corazón de Italia, otorgándole el título de Virrey de Nápoles en 1616. Desde hacía décadas, la ciudad estaba consumida por la corrupción, la desidia y el desgobierno…y viendo Don Felipe el resurgimiento que el de Osuna protagonizó en Sicilia, no tuvo dudas en la elección del candidato. Cuentan las crónicas que al poco de llegar, atajó de raíz el bandolerismo y la oleada de robos y asesinatos con mano firme. Comenzó la construcción de nuevas galeras y galeones, para defender las costas de piratas turcos, que ya no osaban aparecer por Sicilia. En cuanto a las tripulaciones…era imposible dotar de remeros y marineros los nuevos navíos, así que su astucia acabó con el problema en un solo día, como ya hiciera en la isla que también gobernaba. Advertidos ya todos los supuestos tullidos, cojos, mancos y ciegos de su maniobra en Sicilia, Don Pedro hizo pasear por el centro de Nápoles una carroza con cuatro monjes falsos, que arrojaban sin cesar monedas de oro de cuatro cofres aportados de su propia hacienda. Inevitablemente, todos los maleantes antes mencionados recuperaron milagrosamente sus facultades y se lanzaron al suelo, luchando, mordiendo y disputando por ese tesoro. Inmediatamente, fueron todos detenidos, por miles, y condenados a diez años de galeras por mentir y simular sus males.
Fue el primero de los almirantes de la Armada Española en combinar e una misma flota de combate a galeras con galeones, dando más rapidez a la actuación de la infantería en los abordajes. Su poder se hizo hegemónico en el Mar Adriático y se ganó el seudónimo de Deli-Bajá (Virrey demonio) entre las tropas turcas, que se retiraban en estampida al ver sus estandartes en el horizonte. Enormes cargamentos de oro, plata, rubíes y esmeraldas llegaban a la Corona desde Sicilia y Nápoles, procedentes de los saqueos a los barcos turcos y venecianos. Esto último empezó a cimentar su caída en desgracia, pues atacó las naves venecianas en contra del criterio del Consejo de Estado, en el convencimiento de que era la República de Venecia la que estaba fomentando los levantamientos rebeldes contra España en toda Italia.
Una coalición de nobles napolitanos e italianos denunciaron a Don Pedro ante el Rey, con la falsa acusación de conjurar la independencia de Sicilia y Nápoles en 1619. En 1618, el gran valedor de Osuna, el Duque de Lerma, cayó en desgracia y fue sustituido por su hijo, el Duque de Uceda, que emprendió la cacería de todos los colaboradores de su padre. Don Pedro era el primero de su lista. Nada más llegar la denuncia a la Corte, se le dio curso sin tener en cuenta los inmensos servicios prestados a España por el Virrey de Sicilia y Nápoles. En 1620 se le convocó en Madrid y fue relevado de su cargo y, en un acto más de patriotismo, cedió su flota (costeada de su hacienda) a la Corona, para no dejar desprotegidas las costas que con tanto empeño defendió. Llegó a la Corte y tras ser oído por el Consejo Real, pidió el amparo del Rey.
El pecado capital español por excelencia, la envidia, actuó con rapidez. Felipe III murió súbitamente y en el intervalo de la coronación de su hijo, Felipe IV, Osuna fue encarcelado en secreto, sin dejar rastro, y jamás se le permitió defenderse en un juicio. En una húmeda mazmorra del Castillo de Barajas, entre ratas y chinches, amargado por la tristeza y la enfermedad, murió el 24 de septiembre de 1624, el más fiel servidor que tuvo el Imperio Español. Sus restos fueron llevados con honores al Convento de San Francisco de Osuna, pues por mucho que sus enemigos se esforzaron en hacer olvidar su nombre, el pueblo llano lo amaba y lo veían como una víctima de las sucias maniobras políticas. Amén de las inmensas riquezas y prestigio que su gestión otorgó a España, el legado de Don Pedro Téllez-Girón dejó en Sicilia y Nápoles 20 galeones, 22 galeras y 30 bajeles, pasando a la historia como el más temible corsario del Mediterráneo. Don Francisco de Quevedo, hombre firme y fiel a Osuna hasta el final, dedicó hasta su muerte sonetos y poemas a su gran amigo, desenmascarando a sus enemigos y gritando a los cuatro vientos sus proezas. Un triste fin para un hombre tan grande como su legado.
Fin.
Como reflexión final al hilo de lo narrado y enlazando con mi artículo previo sobre Cementerios Militares, una última apostilla:
Recalcar que en el conjunto de la historia militar de esta poderosa nación que llegó a ser nuestra tan denostada tierra existen innumerables ejemplos de personajes de tan azarosa carrera y méritos como la narrada para el insigne personaje del que hemos hablado en esta ocasión. Azarosa por la cantidad de vicisitudes con las que frecuentemente tuvieron que lidiar, y méritos por la innegable valía de las hazañas y coraje que acabaron demostrando al frente de sus obligaciones para con el ejército, el país y el reino.
Es complicado resumir la vida de una figura tan destacada como la del Duque de Osuna, pero, como pueden comprobar en parte gracias a la impecable narración de los hechos que ha realizado mi “compadre”, el ejército y la carrera militar española se caracterizan por dos aspectos fundamentales: En los momentos clave, la medida indisciplina de los mandos frente a las órdenes recibidas, y la apuesta clara por la persecución de la gloria en defensa de una visión de los objetivos vitales/militares, a veces demasiado ligada a la persona más allá incluso de los intereses del país.
Un saludo, Damas y Caballeros.
P.d.: Una colaboración increible ¿verdad? Para maquetarlo, vínculos documentales aparte, tan solo he tenido que eliminar una redundancia: “erradicó de raíz el bandolerismo” por “atajó de raíz el bandolerismo”. Mientras, a la espera de alguna que otra colaboración – la paciencia y la perseverancia son algunas de mis virtudes – que tengo en la recámara les invito a atreverse a redactar una para ser publicada en este blog… ¡y ser señalados por ella! En cualquier caso, tengo ya en mi diana un próximo artículo sobre… – ¡sorpresaaa! – que confío les resulte de interes, es de rabiosa actualidad. Permanezcan atentos.
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