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Confesiones/crónicas de un internauta asombrado.

9. noviembre 2011 03:32
by Gunner
6 Comentarios

Relato erótico: Sexo, drogas, y Rock&Roll (II).

9. noviembre 2011 03:32 by Gunner | 6 Comentarios

Esto de escribir por encargo empieza a gustarme y reportarme inefables momentos, mis recurrentes visitantes. Durante la salida del sábado noche salieron a colación mis relatos publicados en el blog. Bromeamos acerca de ellos, les aclaré que todos están basados en "hechos reales" y que, aunque a veces redactarlos me resulta inconveniente por la falta de tiempo libre del que apenas dispongo, no es menos cierto que tomarme un respiro para sentarme a escribir me está permitiendo estimular y ejercitar mis capacidades de comunicación, aspecto que siempre había descuidado y que me ha ocasionado no pocos problemas.

Visitamos varios conocidos locales de la noche Sevillana (Taberna Muralla Antigua, Fontana, Groucho), mis acompañantes insistían diciendo: "Para tu próximo relato, escribe esto, ... ,aquello, ... , o lo otro". Así que a cambio de una excepcional noche de juerga prácticamente me encargaron escribirles algo que les sirviese de ilustración de mi proceso creativo. Lo he hecho, pero por supuesto he escrito lo que me ha dado la real gana sin atender sus sugerencias. De lo acontecido entre la salida del sábado noche, el paseo por el campo el domingo por la tarde, y el concierto de Jazz del domingo noche (Anima), considero que algo interesante he creado. Ustedes juzgarán.

Ah, una cosa, antes de proceder con el relato en si sería muy buena idea que para ponerse en antecedentes leyesen previamente la primera parte del relato. He bajado un poco el tono para evitar el calificativo de "porno duro" que le dio la Dama, pero no cabe duda que también tiene su miga.

    

Allí estaba, algo aturdido, con las muñecas doloridas y un tremendo dolor de cabeza que me hacía contraer la mejilla izquierda cuando intentaba levantar la mirada para calcular el tamaño de la habitación donde me encontraba encerrado y maniatado.

No sabía cómo había llegado hasta esa sucia sala, tan solo recordaba haberme levantado de la cama junto a ella y haberle servido una copa, ron, cola y dos cubitos de hielo; El mío seco, sin nada, nunca me ha gustado alterar con mierdas el sabor de un buen Legendario.

Joder, caí en la cuenta: “El único momento que la perdí de vista fue mientras me dirigía a la cocina a buscar una rodaja de limón para mi copa. La muy puta algo puso en la bebida. Cabrona!!!”. Con tanta coca y drogas de diseño al alcance, probablemente alguna de sus expertas colegas de profesión le mezclase una “fórmula magistral”. No se pasó con la dosis y afortunadamente seguía vivo, no como otros cadáveres que había examinado en el depósito.

Estaba dentro del Groucho, esperándola. El local parecía una cacería en la jungla, machos y hembras estudiándose y acechándose, infestada de pijos con cara de gallitos y espectaculares hembras. Si no hubiese estado de servicio y con uno de mis compañeros atento a la emisora que llevaba disimulada bajo la gabardina, quizá yo mismo le hubiese entrado a la morena alta, de pelo rizado y carita de ángel, que estaba bailando justo debajo de la bola de espejos que había en el centro del local.

Un tirón de mi compañero y entendí que teníamos que salir apresuradamente. A la salida iba rozándome con toda la gente que lo atestaba y por un momento estuvo a punto de caérseme al suelo la 9 mm parabellum que llevaba oculta en mi axila derecha. Al palparme para asegurarme que aún estaba allí noté que el ante de la chaqueta estaba ligeramente humedecido. Demasiado aceite al engrasarla el día anterior.

Iba manifiestamente borracha y el gorila de la puerta no la dejo pasar. Que suerte la nuestra, toda la noche persiguiéndola y siempre se nos escurría entre las manos.

Supuse que aparecería por la Taberna Muralla Antigua, pintoresco local al que según los informes que teníamos solía asistir a escuchar los recitales de flamenco que ofrecía el dueño de la tasca a sus clientes. En cambio el tercer número del equipo nos avisó que la había seguido hasta el Fontana, donde al parecer se había encontrado con el capo. El local estaba apenas a dos minutos de donde nos encontrábamos y llegamos mientras aún están haciendo la cucaracha la stripper y su pareja. Amenizaban la noche distrayendo a los clientes con el contoneo de sus cuerpos, embadurnados en una especie de grasilla dorada con trazos blanquecinos que, iluminados por la luz negra del local, hacía que brillasen cómo luces de neón y fuegos artificiales.

Operada, pero bueno, que se le iba a hacer. La chica bailaba balanceando su cadera y sus pechos, hacía girar las borlas que llevaba adheridas a los pezones en sentido de las agujas del reloj y, de postre, usando el truco del lorito naciendo de su vagina. Él, musculado, contentaba al público femenino haciendo girar su miembro colgón a derecha o izquierda en función de los gritos de las enloquecidas mujeres del local.

Me concentré en buscarla entre la turba y la encontré junto a la barra, frente al tirador de cerveza. Fue la primera vez que vi al capo. Por la fotografías supuse que iba a ser más alto. Bajito, con pantalones vaqueros, chaqueta de pana azul, y apariencia de tipo corriente, nada hubiese indicado que era el peligroso traficante que con pasmosa frialdad supuestamente había ordenado la eliminación de la incómoda competencia.

“Carajo, que es eso…” Me había distraído y mientras estaba de espaldas el mariconazo del gogo me había puesto su rabo en la mano. Ni lo vio venir, el rodillazo le reventó las pelotas y el gancho de abajo a arriba le hizo saltar varios dientes. “Nadie me hace eso a mí, hijo de puta.” Me echaron del local con cajas destempladas, pero a menos ella se fijó en mí. El capo… también.

Llegué tarde al Ánima. No estaba en la barra pero tenía la esperanza  de encontrarla en el saloncito interior, donde un trio de músicos de jazz interpretaba con desenfado unas piezas Duke Ellington. Me había dicho que nos veríamos allí al día siguiente mientras, tras mirarme callada e inténsamente a los ojos, me dejaba apresuradamente escapar por la vereda que daba al camino del río Pudio. Me dijo: “Sacúdeme fuerte, que parezca que me he resistido”. Me dolió a mi más que a ella…

      

Como habrán comprobado sigo dejando la historia abierta. ¿Que les ha parecido? Llámenme onanista si quieren pues tras releerlo me perece muy bueno (por no decir directamente genial). Opinen, narices. No se queden ahí callados como pasmarotes. Pulsen el enlace de comentarios que aparece un poco más abajo y denme su opinión.

Un saludo, Damas y Caballeros!!!

P.d.: Dedicado a Arantxa (bella entre las bellas) y Antonio (grande entre los grandes), apreciados tertulianos, excelentes compañeros, y mejores personas.

Cool

Comentarios (6) -

El relato no dice nada,no hay ritmo, no se sabe muy bien qué es lo que sucede y erótico lo que viene siendo no hay nada. Además es fácil emplear un lenguaje soez, y tiene faltas de ortografía.

Hombre, Sr. Vercingetorix, al menos es una opinion, tan respetable como cualquier otra. Nunca he dicho que sea perfecto, pero a mi me gusta. Si te pusieses en contexto y dejases volar tu imaginación es posible que hasta llegases a apreciarlo.

Muchas gracias por tu crítica, intentaré mejorar para el próximo, aunque no estaría de mas que en una charlita me diese tu punto de vista de como lo hubiese enfocado tu.

Spero no te sentase mal del todo el mejunje que exé en tu copa... je,je! me ha gustado mucho, desde luego no se te olvidó ningún detalle de la noche.

Alber y yo estamos dispuestos a repetir noche, pero porfavor, intenta no dejar sin dientes a mi maridín. Smile

Habra capitulo III???!

Encantado de leerla en esta modesta Web, joven Dama experta coctelera de hermosos rizos dorados.

Me alegra profundamente que te halla gustado, verdaderamente fué una noche excepcional, gracias a ti, tu marido, Antonio, y por supuesto Arantxa... Que mujer...

Sería un placer volver a repetir. Tu marido me pareció un tipo peculiar, admirable, divertido y afortunado, y por descontado jamás le haría... licencias literarias.

Capítulo III, sin duda, aún quedan demasiados flecos sueltos por aclarar...
Como suelo decir... "Trabajo por comida" (en este caso: Juerga)... Wink

Esto se está convirtiendo en un enganche que roza unos límites inimaginables. Pensaba que con "Topacio" ya tenía cubierto el cupo, pero me equivoqué! A mi cabeza solo llegan preguntas como, ¿Qué pasa con el capo?, ¿Lo llegan a arrestar?, ¿Que táctica policial usaran para el arresto?, y la novia del capo...¿qué es de ella?, ¿Cómo llega el policía a casa de la novia del capo? ... que sin vivir! Me gustaría leer una parte III definitiva, o bien una IV, V, VI...jeje

¿Será posible? Tendré que hacer todo lo posible para poder contactar con esa tal Peich para que vuelvas a salir, continúes el relato y termines de aclarar esos flecos sueltos que has comentado.

Pd.: Que suerte tiene la dama Arantxa, vaya piropazo!

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